Los cambios bruscos de temperatura que vivimos en las últimas semanas del verano así como el abuso de los aires acondicionados constituyen la causa principal de los resfriados en esta época. Según datos de Semergen, hasta un 20% de la población, unos 2 millones de españoles, sufren resfriados en verano.
En esta temporada. debido al calor, es habitual encontrar sistemas de aire acondicionado a pleno rendimiento en las oficinas, el hogar, las tiendas o el transporte público. Esto supone cambios bruscos de temperatura cuando las personas pasan de los entornos climatizados al calor de las calles. Y son estos altibajos entre el frío y el calor a los que se ve sometido el organismo los que favorecen la bajada de defensas del sistema inmune y los que provocan que los virus del resfriado penetren con mayor facilidad.
Para evitar caer enfermos, lo adecuado es mantener una temperatura ambiental entre los 24º y los 26º, llevar una dieta rica en nutrientes y vitaminas, no abusar de bebidas ni muy frías, ni excesivamente calientes y extremar la higiene de las manos, puesto que supone una de las principales vías conductoras para los virus.
Con respecto a los síntomas habituales del resfriado de verano, son similares a su homólogo de invierno: estornudos, congestión, picor y secreción nasal, escozor de garganta, voz ronca, tos, carraspeo o lagrimeo. Para aliviarlos, se recomienda reposar en una atmósfera húmeda y mantener buena hidratación corporal.
Adicionalmente, la homeopatía también puede ser una ayuda eficaz para combatir estos síntomas. De hecho, cada vez más personas utilizan homeopatía para tratar los síntomas de los procesos gripales, catarros, resfriados, dolor de garganta y otras afecciones respiratorias. Además, los medicamentos homeopáticos suponen una buena opción terapéutica para toda la familia, ya que puede administrarse tanto a mujeres embarazadas, pacientes polimedicados, personas mayores e incluso niños puesto que no han presentado efectos adversos relevantes asociados a su toma.
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