Ahora vamos a por el último cuatrimestre de este año, 2020, que no olvidaremos fácilmente y que afrontamos con diferentes estados de ánimo porque nos movemos en la incertidumbre del ¿qué pasará? Y eso no nos gusta nada. Y es normal, porque en ello va la inestabilidad de toda la sociedad aunque yo creo que ha llegado el momento de normalizar la ex pandemia y volver a nuestras vidas con entusiasmo a pesar de las partes nuestras personales y profesionales que hayamos podido perder estos meses atrás.
Nos hace falta una reflexión interna, alejados de noticias cargadas de miedo que se encargan de vendernos día a día. No sé cuál es el fin de atemorizar a la población, una población despistada en su mayoría que atiende a rajatabla los vaivenes en las medidas gubernamentales y, claro, así resulta muy difícil vivir. Hay que rebelarse en el más estricto sentido de la palabra, recomponerse y normalizar la situación en nuestras vidas.
Hay otros mundos que están en este y uno de ellos es la solidaridad y no el enfrentamiento entre ciudadanos, el pensamiento positivo frente al catastrofista, el sentido común que nos llevará al criterio propio y a tomar las medidas que nosotros personalmente creamos necesarias. Hay que desapuntarse del bombardeo mediático que anula nuestra mente y nos hace dependientes de una programación sectaria basada exclusivamente en la pandemia y que nos va minando.
Y yendo más a lo profundo del ser humano; entregarnos a actividades como la meditación, el yoga, los paseos por los bosques y ayudados de todo ello acceder a la conexión con nosotros mismos. La verdadera alegría surge de un mundo interior potente, de conectar con nuestra sabiduría y de minimizar los avatares de la vida. Esto es vivir plenamente y afrontar el día a día con esa luz propia que viene de tener muy cargadas las pilas internas cosa que tan sólo podemos hacer individualmente, personalmente. Conectémonos, y todo será más fácil.
Os deseo un septiembre dulce
Por Elena Carrera
Directora Tu Nueva Información
