Hace unos días comentábamos una iniciativa del siempre creativo barrio madrileño de Lavapiés para apoyar a los pequeños comercios en estos meses tan difíciles para ellos. La pandemia de la COVID-19 ha golpeado duramente a las tiendas de a pie, y cada vez son más las que se ven obligadas a bajar definitivamente la persiana. Hace apenas un mes, el Gòtic de Barcelona vio marcharse más de una treintena de negocios, y se espera que esta cifra continúe creciendo en los próximos meses, sobre todo en las ciudades españolas más dependientes del turismo.
La excesiva dependencia del turismo
Un estudio realizado en el mes de mayo ya preveía el cierre de hasta un 35% de los comercios en las áreas turísticas de Barcelona. Y es que, así como el turismo ha sido un motor económico esencial para España y Catalunya en los últimos años, su ausencia repentina puede conducir a un colapso comercial y económico acorde a su importancia. En el año 2019, el turismo representaba un 14% del PIB de España y constituía su generador de riqueza más importante. Se estima que el turismo es responsable directo e indirecto de más de 2,8 millones de empleos en todo el territorio nacional, con lo que su caída puede disparar igualmente las cifras de desempleo en todo el país.
Cafeterías, bares, restaurantes y discotecas, los más afectados
Los locales de consumo gastronómico o de ocio nocturno son los más duramente afectados por esta crisis, ya que dependen íntegramente de los clientes presenciales para poder facturar ingresos. Y, si bien algunos restaurantes han podido reciclarse parcialmente gracias a los pedidos a domicilio y a plataformas como Glovo o JustEat, son muchas las cafeterías y las discotecas que están teniendo que echar el cierre, especialmente en las zonas donde el turismo está más masificado como Ibiza, Mallorca o la costa de Levante. En este sentido, las áreas dedicadas a un turismo de peor calidad se llevan la peor parte, sobre todo en las zonas donde no hay residentes locales viviendo cerca.
El e-commerce, la tabla de salvación de las tiendas
Las tiendas, en cambio, cuentan con una tabla de salvación gracias a las ventas online que les puede proporcionar el e-commerce. Si bien este tipo de portales no son de gran ayuda para las tiendas de souvenirs –el propósito de un souvenir solo tiene sentido como testimonio de un viaje que se ha hecho de forma presencial–, los comercios dedicados a las artesanías o a productos creativos están logrando abrirse camino gracias al mercado digital. Ropa, arte, accesorios o incluso productos religiosos como los ofrecidos por Holyart están logrando establecerse en sus respectivos nichos del mercado en el mundo digital, y para algunos, incluso, la COVID-19 ha supuesto la oportunidad que necesitaban para dar un salto de calidad en sus negocios. Las tiendas digitales con más éxito están incluso contratando a personal extra, cuando los comercios de proximidad se están viendo obligados a mantener la persiana bajada o a seguir con parte de su plantilla en ERTE.
El apoyo vecinal a los pequeños comercios
Dentro de este contexto, el apoyo vecinal pasa a ser indispensable para los pequeños comercios, cuya supervivencia beneficia al tejido social en su conjunto y, en buena medida, depende de todos y cada uno de nosotros. El apoyo al comercio local no es solo un bonito eslogan: un barrio con un comercio próspero genera más riqueza para todos sus habitantes, aumenta sus índices de seguridad y resulta mucho más agradable de vivir. Por el contrario, una cadena de cierres puede cambiar drásticamente el aspecto del barrio, reducir su valor inmobiliario, dejar sin empleo a una gran cantidad de sus habitantes y poner en serio riesgo las entradas de ingreso de quienes aún conservan los suyos.
Ayudas estatales, regionales y municipales
Por último, conviene recordar también que, dada la situación de excepcionalidad de la pandemia de la COVID-19, los pequeños comercios pueden acudir a toda una serie de ayudas estatales, regionales y municipales para tratar de capear el temporal. Es importante tener presente que, si bien 2020 será –ya es– un año de una importante recesión global, la recuperación que se espera en 2021 está prevista que sea muy vertical y repleta de nuevas oportunidades para las personas emprendedoras. Una estrategia de diversificación de ingresos que combine el comercio de proximidad y el e-commerce puede ser el camino ideal a seguir durante estos meses difíciles para tener un 2021 próspero y mucho más estable en materia comercial.