Fue algo insólito que se conoce como Tregua de Navidad y la protagonizaron soldados enemigos que en la noche del 24 de Diciembre de hace 100 años, en 1914, durante la Primera Guerra Mundial, empezaron a cantar el villancico Noche de Paz, fueron saliendo de las trincheras de ambos frentes, se saludaron, se intercambiaron regalos como chocolate, cigarrillos etc y en Ypres (Bélgica), británicos y alemanes, incluso llegaron a jugar un partido de fútbol.
Estos hechos se produjeron de manera espontánea en diferentes lugares y fue algo esperanzador comprobar que siempre puede surgir la grandeza humana que aparece cuando menos se espera y demuestra que no es cierto que el hombre sea un ser violento, asesino, sanguinario y desesperado. El centenario debería servir para que ningún gobierno de ningún país en el mundo pueda volver a llevar a un individuo a la guerra. Si nadie está dispuesto a hacerlo no se podrán poner en marcha ejércitos. La PAZ MUNDIAL debe ser la semilla que crezca con fuerza en los corazones de cada ser humano en este siglo XXI en el mundo. Ya va siendo hora.
Las guerras nunca han solucionado nada y la Primera Guerra Mundial en concreto fue, según los historiadores, el acontecimiento más cruel, sanguinario y atroz que había tenido lugar hasta entonces en la historia de la humanidad y se produjo este gesto de paz espontáneo aún en las circunstancias más adversas
Los nuevos ejércitos del siglo XXI deberían pasar de ser soldados a ser hombres de paz de todas las naciones del mundo que ayuden a salir de la miseria, la ignorancia, el hambre y la necesidad a todos los pueblos del planeta. Motores sin armas para ayudar a las personas a ser libres, a recuperarse a sí mismos, su dignidad, su identidad, creatividad y belleza intrínsecas, a desarrollar esa parte luminosa del ser humano que es imposible acallar del todo.
El acontecimiento tuvo tanta repercusión que ha inspirado a cantantes como Paul MacCartney que en recuerdo de la Tregua de Navidad realizó el video de la canción Pipes of Pace o a directores como Richard Attenborough en la película OH What a Lovely War y se han escrito libros Silent Night: The Story of the World War I Christmas Truce, de Stanley Weintraub. Estos son algunos ejemplos pero hay muchos más.
Hasta se hizo un spot publicitario cuyo video podéis ver a continuación, es una excelente producción que recrea muy bien lo ocurrido en la famosa Tregua de Navidad.