La Unesco declara el Yoga Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

yoga opt

 

Es una excelente noticia que el yoga haya sido inscrito el pasado jueves 1 de diciembre como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad-según anunció la propia Unesco-. La decisión fue tomada por la undécima asamblea de este organismo reunida desde el 28 de noviembre al 2 de diciembre en Adís Abeba (Etiopía).

«La filosofía subyacente a la antigua práctica del yoga en India ha influido en numerosos aspectos de la sociedad de ese país, que van desde la salud y la medicina hasta la educación y las artes», indicó la organización con sede en París. «Basado en la unificación de la mente, el cuerpo y el alma la práctica del yoga mejora el bienestar mental, físico y espiritual de las personas», agregó la Unesco.

El Yoga abarca muchos aspectos de la necesidad humana

Es a mediados del siglo XX, cuando el Yoga fue introducido en Occidente, los maestros que impulsaron esta expansión y que se vieron involucrados en el proceso venían de India trayendo consigo el conocimiento filosófico y cultural que rodea a la disciplina. Swamis (maestros que se forman a sí mismos por mérito propio y gran reconocimiento) Sivananda, Vishnudevananda, Vivekananda, personalidades como Sri Aurobindo o yogachayras (maestro de maestros) como B. K. S. Iyengar, entre muchos otros, se esforzaron desde el comienzo por cuidar, transmitir e inculcar las bases esenciales del Yoga.

Los textos védicos, sutras como los Yoga Sutras de Patañjali (considerado padre del Yoga por su antiquísima e influyente obra escrita) y toda la fuente poética y metafórica del Yoga quedaron registrados por los primeros difusores orientales en su transmisión a los occidentales como Paramahansa,Yogananda (autor de Autobiografía de un yogui). Esos principios y esas recomendaciones deben formar parte de la atmósfera que debe crear el instructor, profesor, o maestro al momento de compartir la práctica.

Partes de una sesión de yoga

En este caso hacemos especial hincapié en la práctica del Hatha Yoga (Yoga del cuerpo o de la fuerza), ya que es el más difundido en Occidente y el que ha tomado el nombre de “Yoga” a secas. Este tipo de práctica es el más buscado por los occidentales, ya que es más fácil comenzar por el cuerpo que por la mente o el espíritu.

Por esta familiaridad y la cultura del materialismo occidental se corre el riesgo de llevar estos aspectos exacerbados en lo cotidiano al interior del ámbito de la práctica. Por ello es muy importante, al comienzo de la sesión, establecer un período de toma de consciencia de todo aquello con lo que no se convive fuera.

  1. Toma de consciencia

Este espacio particular del inicio de la sesión debe enfocarse tanto hacia la Consciencia como a la actividad de la mente, la respiración, el recorrido minucioso de las sensaciones, hasta que la prioridad de la percepción del practicante sea el presente, “el aquí y el ahora”.

Ese primer período de la sesión puede ser corto o más largo, dependiendo del grupo y de la intención del instructor o guía. En determinados estilos de Hatha Yoga dinámico se utiliza el movimiento para adentrarse en el “estado de práctica”, pero siempre es importante tomar consciencia y entrar en ese estado al comienzo, para que la práctica sea profunda y no un mero ejercicio físico.

  1. Pranayama o respiración consciente

La respiración suele estar en la mayoría de los casos, al llegar a la práctica, muy influida por las emociones, la intensidad de los pensamientos (mayormente descontrolados), el estrés o la angustia. Por ello es imprescindible que la sesión contenga un apartado para la práctica de ejercicios de “respiración consciente” o Pranayama.

Dependiendo de la extensión total de la sesión y del enfoque de cada grupo, Pranayama ofrece una amplia gama de ejercicios que pueden ser practicados uno a uno o varios combinados antes de la serie de asanas o posturas.

  1. Serie de asanas o posturas

Tras esta introducción sigue la parte de asanas o posturas en la que es importante llevar poco a poco al cuerpo a un estado de actividad para evitar lesiones, sin forzarlo en ningún momento. El famoso “saludo al sol” o Surya Namaskar (en sus diferentes variantes) es un clásico excelente para comenzar la actividad. Pero, sin tener que practicar siempre esta combinación de ejercicios, puede tomarse como ejemplo y realizar otros saludos o desarrollar una combinación de posturas que inviten al cuerpo al movimiento y a la activación energética.

La serie de asanas o posturas es lo más extensamente conocido de la sesión de Yoga. Lo que es importante destacar aquí es la consciencia de la práctica en todo momento, la atención que debe dársele al cuerpo, mantener el contacto con la respiración. Por las razones antedichas, sin todo ello las asanas o posturas serán meros ejercicios físicos, acrobáticos o gimnásticos alejados del concepto primero y último del Yoga.

  1. Relajación

En el último tramo de la sesión es fundamental la relajación profunda. Relajar completamente el cuerpo físico para que la energía se reorganice de la mejor forma posible, liberando toda tensión y confiando en la energía. En ese contexto, las relajaciones guiadas pueden introducirnos en un estado similar al de la meditación o, luego de haber realizado una cantidad de trabajo sobre las estructuras física y energética del cuerpo, se puede continuar la relajación llegando hasta la meditación, resultando esa la manera más natural, un estado de plenitud para afrontar el día a día.

Fuente: Unesco y Yoga en Red http://www.yogaenred.com/

 

Artículos Relacionados