Ningún invento ha revolucionado y mejorado tanto la vida de las personas con problemas de visión que las lentillas. Esas pequeñas láminas transparentes y curvas compuestas por hidrogeles y otros materiales como la silicona que debemos al inmenso talento y creatividad del científico checo Otto Wichterle. Quien, a mediados del siglo XX, superó los anteriores -e incómodos- prototipos de lentillas basadas en vidrio gracias al desarrollo de un nuevo modelo de lente de contacto blanda elaborada con un polímero denominado HEMA, también de su invención.
Tras el descubrimiento de Wirchtele las lentillas dejaron de ser una insufrible incomodidad para convertirse en elementos confortables al servicio de la salud ocular de millones de personas en todo el mundo. Inaugurando, de paso, un camino de investigación y mejora continua de las lentes de contacto que ha hecho posible, entre otros grandes logros y para alegría de ojos patrios e internacionales, las lentillas desechables de un solo uso o las lentillas nocturnas de gas permeable.
A día de hoy, proveedores de lentillas tan confiables y reputados como www.visiondirect.es, con un nutrido ecommerce con las principales marcas del mercado, refrendan el uso masivo y beneficioso de las lentes de contacto. Que, según anunciaba la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) en 2019, pueden incluso retrasar de manera temprana -en niños de entre 8 y 12 años- la progresión de problemas de visión tan estigmatizados y limitantes como la miopía.
A este respecto y solo en lo que a la miopía atañe, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha asegurado que en 2050 la sufrirá la mitad de la población. Por lo que, a tenor de estas previsiones de pandemia visual, en miles de hogares se estará cada vez más pendiente -como ocurre con otros productos de consumo recurrente- de las ofertas en el precio de lentillas diarias.
Previsiones aparte y con permiso de las gafas (que siguen liderando el ranking global de sistemas de compensación visual en todo el mundo), lo cierto es que las lentillas o lentes de contacto van ganando terreno -por ser más estéticas y compatibles con casi todas las actividades al aire libre- en la horquilla de población de los 18 a los 35 años. Un tercio de este grupo a nivel mundial reconoce, además, usarlas en exclusividad.
Conviene no perder de vista -nunca mejor dicho- que, frente a las gafas, las lentillas proporcionan un campo visual total ya que no existe, como ocurre con las primeras, ninguna montura que interfiera en la visión. Asimismo, son un excelente sistema de compensación visual para todas aquellas personas que no se sienten cómodas con su imagen llevando gafas para graduaciones elevadas. O para todas aquellas que, por su profesión (actores, bailarines, modelos…) deben mostrar su rostro sin ellas. Por último y a nivel meramente estético, las lentillas de colores -graduadas o sin graduar- también permiten jugar con la propia imagen o mejorar la autopercepción y la autoestima, ya que podemos cambiar el color de nuestros ojos adaptándolo, incluso, a los looks y tendencias de temporada con resultados absolutamente naturales.