San Jorge, el Dragón y Covid-19

caballo y dragon

Vittore Carpaccio, 1522 

 

 El 23 de abril celebramos la fiesta de San Jorge en todo el mundo occidental. Hace más de 40 días que estamos encerrados en casa por el maldito virus, covid-19, nuestro dragón particular invisible. Si San Jorge pudo vencer al horrible monstruo, este “artículo-oración” pretende ser un arma contra ese otro bicho maldito que nos amenaza de muerte. ¿Qué mejor momento para rendir homenaje a tan santo varón? Aquí tienes una selección entre las pinturas más bellas de San Jorge y el dragón a través de la historia del arte. Es una elección personal, entre cientos de obras de arte, que abarcan varios siglos y países.

No cabe duda de que San Jorge, el soldado y mártir, existió realmente. La prueba es que la historia reconoce la fecha de su muerte, martirizado durante las Persecuciones del Emperador romano Diocleciano en el año 303 antes de Cristo. Sin embargo, la mente contemporánea tiende a luchar para aceptar la idea de un caballero que mata a un dragón para rescatar a una princesa. Seamos sinceros, para una persona realista, el dragón es lo más difícil de creer, por no decir imposible. Se lee demasiado como un cuento de hadas, por lo que la tentación es etiquetarlo como eso, simplemente un cuento. Podemos concentrarnos en el mensaje espiritual de un verdadero santo, el significado simbólico de la historia o simplemente, la estética de un tema tan sorprendente y surrealista.

 

luchando

Edward Burne Jones. The Flight, 1866

 

Existen varias versiones, pero la más extendida sucedió en una ciudad llamada Silena, cerca de un lago en Libia (entre Egipto y Cartago). En ese lago vivía una criatura descrita de diversas maneras: un dragón, una serpiente gigante o incluso un cocodrilo. La bestia impedía a los habitantes extraer agua del lago y aterrorizaba a toda la comarca. Siendo paganos y muy supersticiosos, creían que sólo mantendrían la ciudad a salvo si ofrecían al monstruo jóvenes vírgenes, elegidas por sorteo, como sacrificio. Inevitablemente, el sorteo recayó en la hija del rey (identificada como Elizabeth en algunos iconos rusos), y a pesar de las súplicas del gobernante, la princesa fue enviada al lago.

El viejo dragón salió del agua, listo para devorar a la princesa, cuando de pronto, apareció radiante San Jorge en un caballo blanco, armado con lanza, escudo y espada. Haciendo la señal de la Cruz, en nombre del «Padre, el Hijo y el Espíritu Santo», San Jorge derrotó al dragón, arrojándole al suelo con su lanza, mientras su caballo pisoteaba al monstruo bajo sus cascos. San Jorge le ordenó a la princesa que atara el cuello del dragón con su cinturón y llevara a la bestia a la ciudad. Una vez allí, frente a los ciudadanos asombrados y al rey agradecido, San Jorge aniquiló  al dragón, atravesándole con su espada.

 

princesa caballero y dragon

Paolo Ucello, 1456

 

La intervención milagrosa de San Jorge inspiró a la conversión de todo el pueblo que se volvió seguidor de la fe cristiana. Algunos detalles de la historia varían según las leyendas, lo que indica que las noticias del evento se transmitieron inicialmente de forma oral. Las primeras narraciones escritas datan de los siglos XI y XII. Sin embargo, todas coinciden en las partes principales de la historia: la princesa, el dragón atado con un cinturón, los paganos escondidos detrás de las paredes de su ciudad y por supuesto, el propio San Jorge. Todos ellos parecen representados en una amplia gama de pinturas, manuscritos, frescos e iconos, que datan desde el siglo XII.

San Jorge ha llegado a ser conocido como el gran mártir, portador de la victoria. Este es un testimonio no solo de su vida y muerte (ganándole el título de Gran Mártir) sino también de los milagros que Dios obró a través de él después de su martirio. La historia de la Iglesia está llena de apariciones póstumas de los Santos, que no solo aparecen como mensajeros, sino también para proteger y hacer milagros para los cristianos que luchan en la tierra. El rescate de una princesa y un pueblo de los estragos de una bestia reptil es el milagro atribuido a San Jorge. Sin duda se trata de un tema muy atractivo para los artistas por su gran contenido imaginativo.

 

muerte dragon

Salvador Dalí, 1948

 

Saint George es patrón de Inglaterra, Rusia, Grecia y de muchas ciudades. Quizás es más conocido en Inglaterra, donde se le considera protector de la familia real. Su bandera nacional tiene la cruz de San Jorge, símbolo también presente en las banderas del Reino Unido y sus antiguas colonias como Australia y Nueva Zelanda. En España, es Patrón de Aragón y Cataluña.

 

 

El poder de la oracion

En 1917, un fenómeno sobrenatural ocurrió ante 40.000 personas que se congregaban en Fátima (Portugal) esperando los mensajes a tres niños pastores que decían ver a la Virgen. Fue el conocido “milagro del Sol”. Todos, creyentes y ateos, vieron al sol “bailar” en círculos. Uno de los mensajes más repetidos por la Virgen, era su petición de rezar por el fin de la Guerra. Todo Portugal se puso a rezar por la paz y la Gran Guerra finalizó en 1918. El país se libró milagrosamente. Portugal fue país neutral pues no participó en la I Guerra Mundial. Los niños videntes fueron canonizados por el Papa Francisco en 2017.

 

arco iris

 Wasily Kandinsky, 1910

 

En 1940, durante la II Guerra Mundial, Winston Churchill organizó el Big Ben Silent Minute”. Un minuto duraba el sonido del famoso reloj de la torre en la Abadía de Westminster, junto al Támesis. Las 9 campanadas se transmitían a diario por BBC radio con las noticias. Toda Inglaterra rezaba el “Minuto silencioso” por los muertos de guerra y pidiendo la paz. La idea fue propuesta por W. Tudor Pole, escritor inglés, aventurero, empresario y místico.  También el Presidente de Estados Unidos, Franklin Roosevelt, promovió la oración entre los americanos en tierra, mar y aire, en hospitales, refugios y casas, pidiendo el fin de la guerra.

 

“No hay poder en la tierra que pueda resistir la cooperación unida a nivel espiritual entre hombres de buena voluntad. Por esta razón, la observancia continua de la oración del Minuto Silencioso, es de vital importancia en interés del bienestar de la humanidad”.

 

 

                                                                                                           Winston Churchill

caballo grande

Peter Paul Rubens. San Jorge y el dragón, 1605. Museo del Prado

 

Se trata de reunir en oración, meditación o simplemente un deseo concentrado común por el bien de todos, independientemente de la fe o religión de cada uno. También agnósticos y ateos desean el fin del maldito virus, este dragón invisible que ha matado a millones de inocentes, nos encierra como prisioneros de un nuevo tipo de guerra y continúa amenazando a todo ser humano.  Este enclaustramiento mundial es el momento ideal para inspirarnos a fondo y rezar, meditar o pedir con el corazón, el fin de la situación de peligro que vivimos. Este artículo sólo pretende  inspirarte con estas extraordinarias pinturas y con las oraciones a San Jorge, Santo guerrero y protector de inocentes. Por todas las víctimas inocentes, por el fin de esta repugnante pandemia, por volver a una vida normal, por la muerte del bicho más maligno jamás conocido… Reza con los ojos, la mente y el corazón por la salud mundial.

¡San Jorge, líbranos del Covid-19!

 

Oración a San Jorge

Andaré vestido y armado con las armas de San Jorge

para que mis enemigos, 

teniendo pies, no me alcancen,

teniendo manos no me atrapen,

teniendo ojos, no me vean 

y ni con el pensamiento,

puedan hacerme mal.

Armas de fuego mi cuerpo no alcanzarán,

cuchillos y lanzas se quiebren sin mi cuerpo tocar, 

cuerdas y corrientes se rompan sin mi cuerpo atar.

Jesucristo, me proteja y defienda

con el poder de su Santa y Divina gracia.

Virgen de Nazaret, me cubra con su manto sagrado y divino,

protegiéndome en todos mis dolores y aflicciones.

Dios, con su divina misericordia y gran poder, 

sea mi defensor contra las maldades

o persecuciones de mis enemigos.

Glorioso San Jorge, en nombre de Dios, 

extiéndeme tu escudo y tus poderosas armas,

defendiéndome con tu fuerza y con tu grandeza,

y que debajo de ti, mis enemigos

queden humildes y sumisos a Tí

Así sea con el poder de Dios,

de Jesús y del Divino Espíritu Santo

 

Amén

 

Novena a San Jorge

 

Tu que representas el valor y la fuerza de la fe,

te invocamos para que no nos permitas

desfallecer ante las dificultades

y tentaciones que nos acechan.

 

Te vemos representado sobre un caballo,

combatiendo al dragón que representa el mal.

Ayúdanos! dándonos el coraje para

enfrentar con valor todas las adversidades.

 

Sabemos que dios nos ama profundamente,

no permitas que podamos ofenderlo.

¡Cuida de nosotros!

y atiende nuestras súplicas.

 

Tu actitud valiente de no acatar una orden

que va en contra de tus creencias,

evidencian el poder de tus convicciones cristianas,

ayúdanos a imitar tus virtudes para así agradar mas a Dios.

 

Tu lucha con el dragón es la lucha diaria

que enfrentamos contra el mal.

Danos la fuerza suficiente para salir

victoriosos de todas nuestras adversidades.

 

Acudimos a tu protección,

para fortalecer nuestra fe.

Que las dudas y tentaciones

no nos aparten del camino de dios,

 te lo pedimos por Jesucristo nuestro señor.

 

Tu no permitiste que el miedo

y el sufrimiento te hicieran perder

de vista larecompensa en el cielo.

¡Ayúdanos! para que imitando tus virtudes sepamos

tambiéperseverar en conseguir los bienes celestiales.

 

Durante tu martirio muchos se convirtieron

a la fe cristiana, ilumina nuestro camino

para resultar vencedores en la batalla contra el mal

y así poder ganar como tú almas piadosas

para nuestro padre celestial.

 

Heróico batallador contra el mal,

ten piedad de nosotros, líbranos de todo mal,

presérvanos de los embates del demonio

condúcenos bajo tu amparo a la patria celestial,

por Jesucristo, dios y señor nuestro.

 

Amén

 

 

mariadejuanMaría de Juan, marchante de arte y periodista freelance.

Fundadora de Asociación Amigos de la Cultura y de la Galeria Max Estrella.

Trabajó 12 años en Art Consulting (Nueva York) y en la Fundación Juan March (Madrid).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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