Las palabras son los símbolos y no lo real. La pantalla de las palabras actúa como un refugio para la mente perezosa, irreflexiva que gusta de engañarse a sí misma. La esclavitud a las palabras es el comienzo de la inacción-que puede parecer como acción-. Y una mente que está atrapada en los símbolos no puede ir muy lejos.
Toda palabra, todo pensamiento moldea a la mente, y sin comprender cada pensamiento la mente se convierte en esclava de las palabras y comienza el dolor. Las conclusiones y las explicaciones no dan fin al dolor.
La meditación no es un medio para un fin, no existe el fin, no hay una meta ; la meditación es un movimiento en el tiempo y fuera del tiempo. Todo sistema, todo método ata el pensamiento al tiempo, pero la lúcida percepción alerta y sin preferencias de cada pensamiento y sentimiento, el comprender los motivos, el mecanismo, el dejarlos florecer, es el principio de la meditación. Cuando el pensamiento y el sentimiento florecen y mueren, la meditación es un movimiento fuera del tiempo. En este movimiento hay éxtasis, en el total vacío hay amor, y con el amor hay destrucción y creación.
Jiddu Krishnamurti
Diario I (Extracto 20 de noviembre 1961)