Este pequeño país es un gran ejemplo para el mundo al que sorprendió al adoptar como índice de desarrollo la Felicidad Nacional Bruta y no basarse en parámetros económicos que crean el Producto Interior Bruto, indicador de la riqueza de un país en el resto del planeta. Ahora está en vías de ser el primer país en adoptar la agricultura ecológica como única forma de cultivo de manera oficial. El Reino de Bután es el octavo país del mundo en el ranking de bienestar subjetivo, no tiene paro y la educación y la sanidad son gratuitas
Esta medida era anunciada hace dos años por el ministro de agricultura Pema Gyamtsho que es también un agricultor, como otros ministros en este país, que daba a conocer este plan en la Cumbre de Desarrollo Sostenible, celebrada en Nueva Delhi (India) a principios de abril de 2013, hace ahora dos años. El ministro recalcó los efectos nocivos del uso de fertilizantes químicos en la calidad de frutas y verduras por su menor valor nutricional y la contaminación de las aguas subterráneas.
Conunos 800.000 habitantes, se convertirá antes del 2020 en el primer país del mundo en el quetodos sus alimentos se cultivarán con prácticas de agricultura ecológica. En esa fecha estaráprohibida la venta de pesticidas y herbicidas químicos. Los agricultores butaneses utilizarán para sus cultivos únicamente abonos orgánicos naturales, obtenidos de su ganadería, y ningún producto químico artificial.
Actualmente gran parte de su agricultura es orgánica, al no utilizar apenas pesticidas y herbicidas artificiales por su alto precio. Bután tiene la intención de exportar sus alimentos naturales a los grandes mercados chino e indio, sus vecinos geográficos. Los butaneses tradicionalmente practican labores agrícolas que, sin el uso de productos artificiales, mantienen producciones de alimentos suficientemente altas y mantienen la calidad agrícola de los suelos.
La intención del gobierno para mantener la producción de alimentos sin químicos es aumentar las tierras de regadío y usar variedades locales que son resistentes a las plagas.
Los agricultores de Bután se han enfrentado en los últimos años a serios problemas como la sequía o la escasez de mano de obra que emigra a las ciudades.
El reino de Bután, está situado en el tramo oriental de la cordillera del Himalaya, entre India y Tibet, Su Carta Magna ordena que el 60% del territorio nacional sea dedicado a bosques, si bien llega al 72% la superficie forestal del territorio. Aunque su renta per cápita es muy baja, no hay paro y tanto la sanidad como la educación son gratuitas. Es un país que ha sabido compaginar la modernidad con la preservación de su cultura. Practican una medicina holística enraizada en la medicina china y en la india y utilizan más de 300 yerbas que crecen en las laderas del Himalaya.
Los orígenes del país se remontan al siglo VIII de nuestra era, con la llegada del budismo por los tibetanos y la expansión de su imperio hacia el territorio que hoy en día es Bután. Gobierna la dinastía Wangchuck, que desde entonces ha introducido diversas medidas económicas y políticas, como el índice de la Felicidad Nacional Bruta como indicador principal de desarrollo, en lugar de la economía. En 2006, el rey Jigme Singye Wangchuck abdicó en su hijo Jigme Khesar Namgval Wangchuck, pero no fue coronado hasta 2008. Un año antes se habían realizado las primeras elecciones parlamentarias del país, y tiempo después entró en vigor la primera constitución. La mayor parte de la población trabaja para el sector agrícola y ganadero, aunque los que más peso económico tienen son los industriales y de servicios.
Fuente: guardian.co.uk