Cosas pequeñas que aportan felicidad

Niños colombianos

Foto de Getty Images

Volver a lo básico , más que un libro, es un estilo de vida simple y poderoso, que nos ayuda a romper las cadenas que nos atan, a pensar positivamente, a cristalizar los sueños, a amar sin condicionamientos, a perdonar y a servir desinteresadamente. En ese momento mágico, nuestro espíritu volará tan alto que descubriremos que la verdadera felicidad está dentro de nosotros, aquí y ahora.

Su autor Jaime Jaramillo que ahora tiene 57 años, lo escribió hace varios años pero sigue de plena actualidad. Es un ingeniero geofísico, que ha dedicado gran parte de su vida a rescatar y rehabilitar a los niños que viven en las calles y las alcantarillas de Colombia. Entre otras distinciones, en 1991 recibió, junto con la Madre Teresa de Calcuta, el Premio Mundial de la Paz y la Justicia, otorgado por la Universidad de los Hermanos Cristianos de Memphis, Estados Unidos ; y en 1990 fue elegido por la Cámara Junior Internacional como uno de los diez jóvenes líderes del mundo.

Jaime Jaramillo ha sido el creador y promotor de la Fundación Niños de los Andes, con sede principal enSantafé de Bogotá,Colombia, en la cual unos 70.000 niños, que cariñosamente le llaman «Papá Jaime», han encontrado un hogar y una nueva alternativa de vida.

La vida es demasiado valiosa para vivirla en un estado permanente de mediocridad, dolor, miedo, o confusión. -manifiesta Papá Jaime- A medida que crecemos acumulamos las creencias que nuestros padres, maestros, y la sociedad nos imponen. Nos han enseñado a centrar nuestra felicidad en las apariencias, en el que dirán, en la búsqueda de aprobación y reconocimiento, y en la competencia con los demás, y este adiestramiento es el que nos impide ser felices.

No contamos con el poder para manejar las cosas que se encuentran fuera de nosotros, pero sí la fuerza para controlar las que están en nuestro interior. Limitarse a existir es negarse la oportunidad de vivir y disfrutar de la vida plenamente. Para volver a lo básico, requerimos ejecutar algunas acciones como:

1- Aprender a seleccionar y utilizar la información que nos llega a diario, y descartar la que nos contamine la mente; si no elegimos tomar conciencia, filtrar y decantar toda esta información, podemos caer fácilmente en buscar siempre la aprobación de los otros y restar importancia a lo que pensamos nosotros mismos.

2- Abrir la mente, es decir tratar de ver las cosas de un modo diferente, desde un nuevo ángulo, y bajo diferentes puntos de vista.

3- Desprenderse de pensamientos y condicionamientos que nublan tu razón, elige deliberadamente no darles la oportunidad que te perturben. Ni tus peores enemigos te pueden hacer tanto daño como tus propios pensamientos. No es lo que entra por la boca lo que contamina, sino lo que sale de ella. Cuando el corazón está turbio, el resultado son palabras que destruyen.

4- Decir no al apego. Cuando aceptamos el apego en nuestras vidas, depositamos nuestra felicidad en manos de otros, ya no depende de nosotros ser felices y vivimos condicionados, nuestras vidas se basan en tener y no en ser, estamos siempre preocupados por lo que piensan los otros, no somos felices si no tenemos todo lo que deseamos, y no podemos ser felices si prescindimos de lo que ya tenemos.

5- Ser generosos. No olvidemos que no hay nadie tan pobre que no pueda dar, ni tan rico que no pueda recibir, seamos generosos sin importar con quién. Compartamos con los demás nuestros dones, cualidades, aptitudes y posesiones.

Cuando identificamos, filtramos y transformamos esta programación, podemos volver a disfrutar las cosas pequeñas y simples, como cuando éramos niños, y así recuperar nuestra verdadera esencia que es el amor. En ese momento mágico encontraremos la paz interior, la armonía y la verdadera felicidad.

 

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