Un telescopio estadounidense instalado en el Polo Sur, en uno de los puntos más secos y limpios del planeta, ha permitido a los científicos detectar las huellas del instante inicial del universo. Según señaló la revista Nature, “si se confirma, esa firma de las ondas gravitacionales del Big Bang abrirá un nuevo capítulo en la astronomía, la cosmología y la física”.
La noticia es fascinante porque viene a ratificar la teoría – casi nadie dudaba de ella- de que todo surgió de repente en ese famoso Big Bang, hace 13.800 millones de años. Pero más interesante aun es la pregunta ¿Qué provocó el Big Bang? Ahí la ciencia oficial contiene el aliento, porque no tiene respuestas, ni siquiera hipótesis de trabajo; ahí lo que tenemos son dos bandos en apariencia irreconciliables, que vienen condicionados por sus sistemas de creencias respectivos: los que creen en un acto supremo de la voluntad divina y los que postulan el azar como principio creador. Y lo bueno del caso es que ninguno de los dos tiene la más remota posibilidad de demostrar que el otro está equivocado, al menos utilizando las facultades mentales que hasta ahora tenemos despiertas el común de los mortales.
Así que, ¿por qué no explorar con mente abierta, sin prejuicios, lo que están diciendo algunas voces sensibles, que se arriesgan a abrir nuevos caminos aunque se enfrenten al desdén general?
Cristal Solar Unificado es la vibración en la que aflora la Esencia que da origen a toda forma de vida. La Esencia, lo que hay más allá de la raíz, más allá de la semilla, es el Ser original, la Fuente de la que todo surge antes de ese big bang que da comienzo al surgimiento y expansión del multiverso cósmico.
Ese inimaginable instante que llamamos big bang es el momento en el que la Unidad decide explorarse a sí misma y para ello estalla en un acto de amor infinito. No hay ningún azar en la forma en que se produce ese fraccionamiento de la Unidad, la expansión se rige por la maravillosa ley de la proporción áurea, que va conformando la creación de las dimensiones, de los mundos, de la vida tal como la conocemos desde nuestra limitada perspectiva como seres humanos. La energía primigenia, en el proceso, se va densificando, diversificando, creando manifestaciones que abarcan desde los abrasadores semilleros de estrellas del espacio profundo al desenroscamiento de la más tierna hoja de helecho bajo la luz tamizada en el suelo de un terráqueo bosque húmedo.
Desde la estrecha visión que nos da la historia humana conocida, se ha venido interpretando que todo esto es un proceso evolutivo y que nuestra propia “evolución” como especie, nuestros “avances científicos”, nos permiten hoy atisbar que quizá las cosas son de otra manera. Vivimos el fascinante momento en el que ciencia y consciencia están a punto de darse la mano y en el que nuestra comprensión de la realidad pueda inducir cambios radicales en todo lo que creemos que sabemos.
Otra comprensión
Todo está contenido en todo. La Esencia que nos anima es única e indivisible. Somos fractales que hemos escogido olvidar esa Unidad de la que formamos parte para, a través de la experimentación, en nuestro camino de retorno, hacer más grande y más rica esa Unidad.
No estamos evolucionando, todo está predeterminado en la Esencia, somos un sistema completo y estamos revelando la Unidad del Origen. Todo ya sucedió a nivel energético, y en esta vida lo revelamos o filtramos físicamente, en esta Tierra recordamos lo que ya dispusimos vivir. Cuando nos desprendemos de la Fuente, a través de nosotros se crean los mundos de los mundos en el proceso de ralentización de la energía. En esa ralentización, que permite el surgimiento de la materia, también se genera el olvido de quien somos, aunque alguno de nuestros fractales siempre se queda abierto para orientarnos en nuestro camino de regreso a la Fuente. Ya lo dijo Platón: el conocimiento verdadero es recordar lo que hemos olvidado.
Usando el lenguaje que nos da la tecnología, podemos decir que toda forma de vida es un programa informático primordial que está desconectado en el plano material. El ordenador central, en acuerdo con todo, regula la manifestación de los “fotogramas de la película” –el desarrollo del programa grabado-. La película ya está filmada, la hicimos entre todos, y ahora la vamos recordando en secuencia resonante con los pulsos del Corazón Original o programa informático primordial. El truco estaba en olvidarse y luego recordar a través del Sentir Agradecido, conteniendo más vibración que cuando se olvidó. Por eso surge la vida, para aumentar la vibración terrenal y humana, universal y cósmica.
Cristal Solar Unificado está en la Tierra para filtrar la consciencia del Sentir Agradecido, engregando la luz del pensamiento intelectualizado, ritualizado, o decretado. Cristal Solar es un código de códigos que se filtra a través de la biología transportando a cada humano al momento vibracional previo en el cual la Esencia, para multiplicarse, se olvida de sí misma y se manifiesta la semilla de la verdadera vida.
Y así vamos sintiendo el recuerdo de la película que ya hemos filmado en multidimensión –vidas paralelas y alternas-, que olvidamos al nacer y que la Tierra también, después de haberse olvidado de sí misma, de forma consentida como nosotros, comienza a recordar simultáneamente con el ser humano.
Esta información revolucionaria se filtra a través de Mariphi, una mujer cuyo propósito en esta vida es manifestar la vibración del Origen como Portal Puente, sosteniendo de forma física la verdad del Origen, e irradiándola directamente de humano a humano. En un sentido amplio, lo que esta vibración hace es sacar las luces o “tesoros” que cada uno guardó en sí mismo en la ralentización celular, y esa luz emergente evapora la emoción, traduciéndola en sentimiento, provocando que todo se dé la vuelta y se coloque en la posición de conexión que estaba desactivada.
Todo, con mucho humor!
Por Isabel Vázquez Salinas.
Para saber más: www.cristalsolarunificado.es