Cuando decimos la frase “he tenido un sueño reparador”, no sabemos hasta qué punto es cierta esta aseveración porque- según asegura un equipo de científicos de la Universidad de Rochester Medical Center en Estados Unidos, en una publicación de la revista Science- tiene lugar un verdadero “lavado” que le hace mucho bien a nuestro cerebro que posee su propio servicio de limpieza; el sistema glinfático, de esta manera no necesita recurrir al sistema linfático.
“Un aspecto sorprendente de este estudio- resalta Nedergaard, uno de los científicos implicados- fue que las células del cerebro se contraen un 60 por ciento durante el sueño, lo que permite que el lavado sea más eficaz”. Isabel de Andrés, experta en sueño y catedrática de Neuroanatomía de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid ha añadido que “hasta ahora no se había pensado en la posibilidad de que el espacio extracelular se hiciera más grande y la limpieza se llevara a cabo por un proceso de lavado muy básico y muy simple, se trata de un trabajo muy interesante que abre nuevas perspectivas”.
Al dormir, el sistema glinfático, es clave para la limpieza cerebral porque es diez veces más activo que durante la vigilia. Minuto a minuto el cerebro elimina numerosas proteínas que podrían dañar las células nerviosas. El papel central lo desempeñan las células gliales que controlan el flujo del líquido cefalorraquídeo mediante el cual se expulsan las toxinas. El “lavado de cerebro” completo toma aproximadamente ocho horas diarias y se produce mientras dormimos. Si este proceso no se efectúa debidamente, ocasionaría daños irremediables al cerebro, tales como el mal de Alzheimer o el de Parkinson. Por eso es aconsejable dormir lo suficiente y permitir al organismo llevar a término esta limpieza nocturna.