El poder de los ancestros en nuestras vidas

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Multitud de terapias y terapeutas constatan la importancia del árbol genealógico en la vida de una persona. La herencia genética nos condiciona en lo biológico heredando conflictos emocionales y mentales de nuestros ancestros, va en nuestro ADN.

Ser conscientes de esta realidad nos puede abrir la puerta a lacomprensión de problemas y tal vez evitar que se transmitan a nuestros hijos. Decidir ponernos en manos de un terapeuta que sepa tratar todas estas energías que nos condicionan y transformarlas es esencial para poder vivir en armonía, en consonancia con nuestro Ser esencial.

Algunas de las terapias que se ocupan de esta herencia transgeneracional son la la biodescodificación, las constelaciones familiares, la etioterapia, la psicoinmunología, la medicina cuántica, la epigenética, la terapia chamánica etcétera. Todas ellas son muy efectivas en cuanto a localizar estos conflictos y sanarlos.

Cómo y por qué se hereda

Entre las cosas que se han constatado en los últimos años parece ser que los hijos heredan más de sus abuelos que de sus padres. Muchos terapeutas han visto que es muy común que se salte una generación. C uando los abuelos vivieron traumas sin poderlos “digerir” o “elaborar”, los padres “psicologizan” el trauma y los hijos lo somatizan bajo la forma de trastornos más o menos graves y más o menos accesibles a los tratamientos, de los cuales forma parte la psicoterapia. A veces los trastornos se heredan de ancestros anteriores como tatarabuenos e incluso varias generaciones atrás. Por eso cada vez se tiene más en cuenta el árbol genealógico de la persona o lo que también se ha llamado transgeneracional.

Esto no es inevitable y cada generación tiene que asumir su trabajo de desarrollo y sobre todo de transformación.

A continuación os damos pistas sobre qué puede esconderse tras algunas enfermedades.

1- La cólera de los abuelos o bisabuelos puede manifestarse en problemas hepáticos, alergias inexplicables, incluso en diabetes (conflicto entre dos abuelas).

2- Las esclerosis en placas pueden corresponder a una “lucha a muerte” dentro del linaje de los hombres de esa familia.

3- Algunas anorexias coinciden con masacres que pueden remontarse incluso varios siglos atrás.

4- Las esterilidades con frecuencia son reacciones de alto a la vida proveniente de un riesgo de muerte relacionadas con muertes durante la gestación o en el nacimiento.

La importancia de conocer nuestro verdadero lugar en la familia

De igual forma, uno hereda de sus ancestros en función de su verdadera posición dentro de la familia, para esto, se considera que todas las concepciones (abortos espontáneos, abortos inducidos, fracaso de fecundaciones in vitro, embarazos extrauterinos) cuentan al momento de asignarles su lugar.

1- El primer hijo o hija se inscribe dentro del linaje del padre. La pérdida del primer hijo o hija es una herida “más grave” para el padre que para la madre, en la medida en que es una herida dentro del linaje de éste. Simbólicamente el primer hijo o hija representa los cimientos de la casa. Siempre, el primer hijo o hija, se identifica más con los abuelos que con los padres. Es un niño o niña de las profundidades, más cercano a sí mismo. Por ejemplo le es indiferente si los padres se divorcian.

2- El segundo hijo o hija se inscribe dentro del linaje de la madre. La pérdida de un segundo hijo o hija es una herida “más grave” para la madre que para el padre, en la medida en que es una herida dentro del linaje de ésta. Simbólicamente el segundo hijo o hija representa los muros de la casa. Siempre, el segundo hijo o hija, se identifica más con los padres. Es un niño o niña con un gran niño o niña interior. Es el hijo que más sufre si los padres se separan.

3- El tercer hijo o hija se inscribe como un hijo del “cambio”. Él nace con la orden de hacer todo diferente. La pérdida de un tercer hijo es una herida “más grave” para los hermanos, señala una imposibilidad para hacer cambios en la vida. Simbólicamente el tercer hijo o hija representa el techo de la casa. La protección y renovación. Es un niño con alma de conciliador, buscará siempre mantener la hermandad. Es el hijo que más sufre si los hermanos se alejan.

4- Y así, comienzan a repetirse los patrones: El hijo 1 es lo mismo que el hijo 4, 7, 10 o 13. El hijo 2 es lo mismo que el hijo 5, 8, 11 o 14. El hijo 3 es lo mismo que el hijo 6, 9, 12 o 15.

Esta información debe ser tomada como una orientación. Nos sirve para acercarnos a comprender trastornos y reacciones con el fin de identificar nuestra herencia transgeneracional.

 

 




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