El Propóleo, una sustancia excepcional

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Las abejas obtienen propóleo a partir de la corteza de algunos árboles y lo utilizan para proteger la colmena. El término Propóleo proviene del griego Própolis que significa “defensa de la ciudad” y nunca ha estado tan bien definida la actividad que llevan a cabo las abejas al sellar sus colmenas con esta sustancia. Su acción antibiótica protege de virus y bacterias, convirtiendo la colmena en uno de los lugares más asépticos que podemos encontrar en la naturaleza.

Esta especie de resina es el sistema inmunológico de los árboles y la abeja la recoge y la transforma en el mayor antiséptico para mantener estéril su habitáculo, tapan grietas y embalsaman intrusos que no pueden expulsar por su gran tamaño.

propoleo.jpgAplicada al organismo humano su ingesta es positiva en multitud de funciones del aparato circulatorio porque inhibe la oxidación del colesterol y normaliza la tensión arterial. En cuanto a vías respiratorias, es un antibiótico de amplio espectro que con razón se ha ganado la fama de poderoso antigripal y su acción antiinflamatoria muy adecuada para garganta y cuerdas vocales. En cuanto al aparato digestivo favorece al intestino, previene la formación de úlceras, problemas parasitarios y regula el apetito. En dermatología opera como antiinflamatorio, cicatrizante y fungicida así como en el tratamiento de quemaduras. En odontología es muy adecuado para la higiene bucal impide la formación de caries, placa bacteriana y favorece la formación de dentina, el esmalte de los dientes. Estas son algunas de las muchas propiedades de esta sustancia natural.

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