Numerosas publicaciones, tesis, estudios y blogs se plantean preguntas éticas en el momento presente y es que la ética no es algo teórico porque se traduce en las acciones de nuestra vida y por tanto va unida a nuestros comportamientos que, por cierto, tienen unas consecuencias. Hemos encontrado respuestas y reflexiones en torno a la ética que, bien entendida, puede salvar a la sociedad actual de muchos de sus males.
Una buena respuesta a la pregunta de si se puede ser ético en un área de nuestra vida y no en otra son las palabras de Joan Fontodona, profesor de IESE, quien subraya que «ética hay una porque persona hay una: la misma persona, con sus mismos principios y sus mismos valores, actúa en entornos familiares, sociales y empresariales. No hay una doble ética, sino una misma ética que se aplica de forma distinta en entornos distintos».
Y como siempre estamos confundiendo la ética con la moral es precisamente «la doble moral» esa frase tan utilizada la que se refiere a las normas la que tuvo su auge en muchas sociedades. Y es la moral lo que se traduce en normas y leyes.
Lo explica muy bien Beatriz Eugenia Bustamante en un post titulado ética «La ética o reflexión de los actos se puede escribir para que las personas tengan un sentido de lo que se espera de ellas en determinas situaciones, esto significa que la ética se puede llevar al plano de lo social y entonces surgen éticas civiles, religiosas, de trabajo, de familia, etc.»
«Cuando la ética se pone en códigos, empezamos a hablar de moral. No obstante lo anterior -prosigue diciendo la autora-, la ética es individual y privada, porque su realización se da en el cerebro y en la actuación de cada persona«.
Pequeñas decisiones éticas
A veces los conceptos se nos hacen grandes y nos perdemos en teorías pero es bueno recordar que el lenguaje siempre apunta a algo que está más allá de las palabras y en este caso es útil centrarnos en la vida cotidiana. Hay que ser ético en las pequeñas cosas, es lo que recomiendan Ronald A. Howard y Clinton D. Korver en su libro Ethics for the Real World: Creating a Personal Code to Guide Decisions in Work and Life.
Las faltas menores-según los autores- pueden parecer inofensivas pero terminan por desarrollar en nosotros el hábito de distorsionar nuestro pensamiento. Las justificaciones racionales ahogan nuestra voz interior y terminamos modificando las reglas a conveniencia.
Se empieza por encontrar «buenas» razones para justificar nuestros desaciertos éticos, le mentimos a un cliente porque así nos lo pidió el jefe, exageramos nuestros logros para conseguir un empleo etc. Acabamos haciendo cosas que después lamentamos.
Estos autores explican cómo aprender a dominar el arte de tomar decisiones éticas. Algunos de los temas tratados son aprender a identificar compromisos, clarificar nuestro pensamiento ético, asumir de antemano principios éticos…
Por último, Beatriz Eugenia Bustamante, nos recuerda qué es la ética desde diferentes ángulos: «Desde la etimología la palabra ética tiene dos raíces griegas, la primera es éthos que significa carácter, esto hace referencia a la forma en que las personas actúan según sus convicciones; y la segunda es ethika que es lo que las personas hacen por costumbre; en la actualidad, a lo que las personas hacen por costumbre se le llama moral»
«En el presente-continúa la autora de este post-, ética es la reflexión de los actos antes, durante o después; la ética es un tipo de conocimiento humano que en todos los campos de la existencia se debe orientar hacia la acción mediante: metas intermedias, hábitos, valores, carácter, prudencia y decisiones coherentes con el pensar sin lesionar al congénere.
Y remata la autora diciendo: «En el ámbito de la filosofía, pensar la ética es analizar las conductas humanas y las conductas responden a diferentes tipos de evolución, entre ellas están la psicológica, sociológica, antropológica; se espera que cuanto más evolucionado sea un ser humano sus actos respondan a una reflexión que implica más factores; es decir, se pasa del acto primario, regido casi que por el instinto, al acto fruto de un análisis detallado que implica dimensionar las consecuencias.
Estemos pues atentos a nuestras acciones ¿son éticas?… si lo son, es que nosotros somos éticos y actuamos con ética en cualquier ámbito de la vida.