“La meditación está en nuestro diario vivir. No hay sistemas de meditación”

La meditación implica vivir una vida diligente. La meditación no está separada del vivir cotidiano; no consiste en irse a vivir a un pequeño rincón y meditar por veinte minutos todas las mañanas, o todas las tardes o todas las noches. Eso es como dormir una siesta. No hay sistemas de meditación. El sistema implica una práctica. La práctica significa medida-desde lo que uno es a lo que uno quiere ser-y uno puede estar practicando la nota falsa. Y es lo que probablemente hacemos. Y a eso lo llamamos meditación. Esa meditación está totalmente separada de nuestro diario vivir. Averigüen si es posible vivir una vida cotidiana de meditación, lo cual implica no medir en ningún momento.

 

En la meditación no hay control porque el controlador es lo controlado. En la meditación no actúa la voluntad porque la voluntad es deseo: “Yo meditaré, yo practicaré esto día tras día”. En la meditación no existe esfuerzo en absoluto, porque no hay un controlador. La meditación implica percepción atenta y lúcida; implica percibir la tierra, la belleza de la tierra, la hoja muerta, el perro moribundo; implica percibir el medio que a uno lo rodea, percibir al vecino, los colores que uno viste, por qué usa uno ese color, por qué lleva ese rosario- implica estar atento a todo eso.

Meditar es percibir la belleza del viento entre las hojas, darse cuenta de los propios pensamientos, de los sentimientos; o sea estar atento sin opción ni preferencia alguna- simplemente estar atento. Eso intensifica nuestra sensibilidad- el observarlo todo diligentemente. Cuando uno dice que hará alguna cosa, hacerla, sin olvidar jamás lo que uno ha dicho. No decir algo que uno no quiere decir. Eso forma parte de la meditación. O sea percibir los propios sentimientos, la condición de uno, las opiniones, los juicios, las creencias, de modo tal que en esa percepción no haya preferencias- simplemente percibir la belleza de la tierra, de los cielos y de los mares.

Cuando uno percibe de ese modo hay atención. Atender no solo a lo que dice quien les habla, sino prestar atención a lo que nos dicen nuestra esposa, o nuestro marido, o nuestros hijos; a lo que nos dicen los políticos- con sus embustes, su búsqueda de poder, de posición. Cuando uno está así de profundamente atento no hay un centro como el “yo” que atienda. Eso también es meditación.

Krishnamurti

Extracto de una charla dada en Madrás (India) el 2 de enero de 1983

Recogida en el libro La Mente que no Mide

Krishnamurti: “La meditación está en nuestro diario vivir. No hay sistemas de meditación”

 

 

Artículos Relacionados