Por coincidencia con determinados aspectos de nuestra línea editorial, como es la relación de la especie humana con la Naturaleza, hacemos esta reseña sobre un libro que acaba de publicarse, y en cuyas páginas encontramos –entre otros– una propuesta en la que el autor recomienda “convivir” con nuestro hábitat natural, en vez de “expoliarlo” insensiblemente, pues las consecuencias de esta errónea actitud, no sólo se concretan en los efectos del “cambio climático”, sino en el impacto emocional (psíquico) que internamente supone para el individuo esta disociación entre las dos dimensiones que componen nuestro constructo: la orgánica y la espiritual.
Desde esta complicidad conceptual, el autor nos presenta su obra a través de una breve exposición en la que habla de realidades que a todos nos tocan de cerca:
Hoy vivimos —a nivel mundial— una de las épocas con mayor sensación de incertidumbre por las que el género humano haya transitado. Son muchas las amenazas que nos acechan, pero de entre todas ellas, destacan las catastróficas respuestas con que nuestro planeta nos espeta, no sólo que nos hemos equivocado, sino que posiblemente ya no haya marcha atrás.
Actualmente vegetamos pasivamente en la ansiedad provocada por esta plaga vírica (COVID-19), que es sólo una de las reacciones con que “el Orden natural” se manifiesta ante las agresiones medioambientales que la codicia humana ha instituido –ya de forma inamovible y creciente–, y que no sólo está transformando el equilibrio original de nuestro planeta, sino que ha empezado a convulsionar sísmicamente las bases de la convivencia entre los pueblos.
En estos momentos de reclusión forzada por la pandemia, los acontecimientos nos llevan a presagiar el advenimiento de un nuevo orden mundial liderado de forma absoluta por un naciente imperio, coligado al ideario de aquellos perdedores “sepultados” bajo las ruinas del Telón de Acero. Pero lo peor (y más siniestro) de todo, es que esa nueva potencia está gobernada por una oligarquía con una innegable vocación totalitaria, como también barrunta en haberse convertido esta nueva versión del Liberalismo, trasformado en un “capitalismo salvaje” y deshumanizante.
Cucox, autor de Soulack
Sea cual fuere el escenario final, su contraparte —el otrora llamado “Mundo libre”—, es igualmente responsable de las mutaciones que se avecinan, pues —aplicando un enfoque holístico a esta funesta” partida de ajedrez”—, nos encontramos con un Occidente en decadencia que ha consumado su desprecio a la idea fundacional de su cultura (la deidad como referencia existencial), en pos del omnipresente valor “dinero”, en cuyo vacío se instala ahora “el dios” del poder pagano, que posiblemente nos conduzca de nuevo a otra histórica sacudida de nuestros basamentos.
La infame “ingeniería social” que sigilosamente nos somete, utiliza –de forma inteligente y perversa— elementos ingénitos en nuestra identidad humana como son el gregarismo y la comunicación. Como resultado, el género humano es ya muy uniforme y ha perdido la capacidad de disentir, porque tras una sorda y paulatina anulación de sus potencias vitales, ha ido aceptando “los caramelos” como contraprestación al robo de sus valores éticos y ancestrales, hasta dejarnos desvalijados y huecos. Y el Ser sin alma (el “soulack”) se convierte en un molde vacío, desamparado e inerme.
Tal y como indican las estadísticas de medición social, el ciudadano-medio en las tambaleantes naciones del bienestar es hoy un prototipo “neutralizado” que pasa gran parte de su vida frente a pantallas a través de las que se le abduce, desactivando su inmanente dimensión trascendental, para “resetear” y re-configurar su diseño mental, reduciéndole a un estado “infantil”.
Es por ello que, con el propósito de facilitar la transmisión de esta realidad y del impulso que necesitamos para despertar y oponernos al destino final de toda esta argucia tan sabiamente entretejida, y evitar la transferencia de la robótica a nuestros cerebros, esta obra se presenta en un género de sencilla lectura, como es el cuento, dirigido exclusivamente a los adultos, y repleto de metáforas que subliminalmente descifran el contenido de sus mensajes y propuestas.
Cucox