La publicidad ecológica puede salvar al planeta

La publicidad ecológica, conocida también como publicidad verde, es aquella que tiene la finalidad de reducir el consumo de materiales contaminantes en el medio ambiente y a la vez concienciar a los consumidores. A día de hoy, hay cada vez más información sobre el cambio climático y las diferentes iniciativas disponibles para cuidar el planeta, por lo que este tipo de publicidad resulta una de las armas más poderosas para inducir a acciones responsables en el entorno. Si no estas muy familiarizado con este tipo de iniciativas siempre puede recurrir a una agencia de marketing online que se dedique a crear este tipo de campañas.

El marketing digital está acaparando cada vez más peso debido al acceso que tienen las personas a internet y plataformas digitales. El posicionamiento web en Barcelona y otras ciudades de España se han convertido en la herramienta clave para cualquier estrategia de marketing exitosa. En España durante el 2021 se invirtieron aproximadamente 2.482 millones de euros en publicidad digital.

¿Cómo ayuda el marketing digital al medio ambiente?

La cantidad de papel utilizado para la impresión ha disminuido drásticamente en los últimos años gracias al marketing digital. Usar menos papel, cartón y plásticos implica salvar árboles, bosques y una menor carga en los vertederos.

No cabe duda de que Internet ha revolucionado nuestra forma de trabajar. Aunque probablemente la mayoría de nosotros seguro que no somos conscientes de la energía que se requiere para mantener una red global de telecomunicaciones. Según Greenpeace, si Internet fuera un país, ocuparía el 5º lugar por la cantidad de energía que consume, justo por debajo de Japón.

El peligro de la publicidad en la carretera

Ya en 1988 se advirtió del impacto que suponen las vallas publicitarias en las carreteras debido a la cantidad de accidentes que provocan por causa de la distracción de los conductores, ahora se le añade la crisis climática y la contaminación visual.

Se ha comprobado que el empleo de elementos publicitarios como banners y luminosos en vías públicas crea una contaminación visual, entendida como un exceso de estrés y de estimulación agresiva en quien la mira y representan una invasión del espacio urbano y del paisaje. No es casualidad que, en países como Francia, Gran Bretaña o Canadá, hayan surgido grupos protestando por este tipo de publicidad.

El Toro de Osborne

El toro de Osborne son probablemente las vallas publicitarias más conocidas dentro de España. Esta compuesta por una silueta de un toro bravo de 14 metros que se creó con el objetivo de promocionar y dar visibilidad al Grupo Osborne. Se expanden por un total de 92 municipios de la península. Los primeros diseños estaban hechos con madera y paulatinamente pasaron a hacerse de chapa. Los que sobreviven actualmente, están sujetos por 10.000 tornillos y pesan unos 4.000 kilos. Son necesarios unos 50 kilos de pintura (que sirven para 12 coches) para pintar un único toro.

No fue hasta 1994 cuando se ordenó la retirada del toro. No obstante, el Tribunal Supremo dictó sentencia a favor de su permanencia, otorgándole “un indulto”. Por entonces había medio millar de ejemplar repartidos por las carreteras españolas. Actualmente sobreviven 94 ejemplares.

Con el paso de los años, ha habido ecologistas que lo han usado como símbolo de protesta: en 2008, miembros de la asociación de Greenpeace le colocaron al toro de Osborne de la salida A1 de Madrid una mascarilla como protesta ante la emisión de CO2 que desprenden los vehículos. La asociación señaló que lo escogió como “testigo” en las carreteras del aumento de gases de efecto invernadero.

En el 2017, el toro más famoso cumplió 60 años. Para celebrar su cumpleaños la fundación Osborne con la colaboración de Ecovidrio, decidieron construir una nueva eco-valla a base de botellas de vidrio recicladas en la carretera del Puerto de Santa María, Cádiz, su ciudad natal. Con esta ingeniosa iniciativa esperan concienciar a los ciudadanos sobre la importancia del reciclaje de vidrio.

Igual que el marketing ha evolucionado y se trabaja para hacer campañas no sexistas, racistas ni misóginas, la publicidad verde es un elemento contributivo, progresista, un método creativo e innovador para el fomento de valores como la empatía, el respeto, la conciencia social y el compromiso con la Tierra. El presente y el futuro es verde y, por ende, también lo deben ser quienes se encarguen de promocionarla.

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