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Ha sido el Centro de Envejecimiento Cognitivo y Epidemiología de la Universidad de Edimburgo donde se ha llevado a cabo el estudio que corrobora científicamente que hablar un segundo idioma mejora la capacidad cognitiva y mantiene al cerebro más joven cuando envejecemos.
Uno de los autores de este estudio ha sido Thomas H. Bank quién dijo que antes de realizar este estudio aún era difícil determinar si el dominio de una segunda lengua prolongaba la actividad cerebral ya que estudios anteriores habían demostrado que si una persona bilingüe tenía demencia senil podría retrasarla 4 o 5 años.
La muestra tomada por los científicos han sido unos datos de 853 escoceses a los que se había realizado un test de inteligencia en 1.947, cuando tenían 11 años, después se hizo en 2008 y 2010 cuando tenían 70 años. 262 habían aprendido un segundo idioma y solo 90 seguían utilizándolo activamente en 2008.
Las muestras demostraron que, aun teniendo en cuenta los resultados de la primera prueba de aptitudes,los participantes que habían aprendido un segundo idioma tuvieron mejores resultados en lectura, fluidez verbal e inteligencia general al llegar a la tercera edad.
Esta investigación se suma a un estudio publicado a inicios del año pasado, que demostró que los bebés criados en un ambiente bilingüe desarrollan una memoria de trabajo más fuerte que la de los niños familiarizados con un solo idioma. Esto significa que al llegar a la madurez tendrán un mejor desempeño en cálculo mental, lectura y otras habilidades cognitivas.