El académico de la Real Academia de Ingenieros (RAI), Manuel Silva, dirige y coordina un nuevo volumen de la colección “Técnica e Ingeniería en España”: es el VII, dedicado al siglo XIX donde a lo largo de casi 900 páginas, recupera muy diversos ingenios ideados y patentados por inventores españoles, a los que no se dio importancia en su día.
Muchos de ellos fueron definitivamente olvidados, pero otros reaparecieron más tarde y se los adjudicaron otros países con otra autoría. El volumen VII de la colección se titula: “El Ochocientos: De las profundidades a las alturas” “Técnica e Ingeniería en España”.
De la minería y los submarinos (las profundidades) a la aeroestación, la aviación y los transbordadores o tranvías aéreos (las alturas), este nuevo volumen forma parte de una magna obra que dirige y coordina desde hace ocho años el académico de la RAI Manuel Silva, catedrático de Ingeniería de Sistemas y Automática de la Universidad de Zaragoza.
La colección, que lleva camino de convertirse en un referente sin paralelo en Europa, da a conocer la historia de la técnica, la tecnología y la ingeniería en nuestro país, considerando no sólo los aspectos técnicos sino también análisis lingüísticos, filosóficos, científicos, estéticos, económicos y sociológicos. En numerosas ocasiones ofrece un panorama inédito y, como valor añadido, reúne trabajos hasta ahora dispersos y difícilmente localizables.
El primero de los tres grandes bloques del volumen VII, espléndidamente ilustrado, recorre temas esenciales ligados a la siderurgia y el textil considerados los sectores líderes pos antonomasia de la Revolución Industrial. Contiene capítulos dedicados a la ingeniería minera y disciplinas conexas (mineralogía, geología y paleontología), así como a la industria metalmecánica, donde se incide en las turbinas hidráulicas. En cierto modo a caballo entre la minería y la química, se dedica un capítulo al gas para el alumbrado.
El segundo gran bloque analiza el mundo agroforestal. Comienza repasando los impulsos a la agricultura y los tímidos comienzos de su mecanización. La industria agroalimentaria (principalmente la triada mediterránea: aceite, vino y harina) recibe una atención proporcionada a su importancia, que en términos económicos se puede evaluar en la mitad de lo producido industrialmente. Obra de los ingenieros de Montes, la importación y adaptación de la dasonomía y la preservación del patrimonio forestal completan la visión.
El tercer bloque se dedica a las comunicaciones (la telegrafía óptica y la eléctrica, y la telefonía) y los transportes, tanto terrestres como marítimos. En ambos casos se consideran por separado las infraestructuras (ferrocarril y carreteras y los faros marítimos), y los materiales móviles (locomotoras, automóviles y tranvías; la arquitectura y propulsión naval, más los mencionados submarinos).
El volumen VII, con una tirada de 1.500 ejemplares es el cuarto -y, por el momento, el último- está dedicado al siglo XIX. Como los anteriores, es digno de coleccionismo y ha sido co-editado por la Real Academia de Ingeniería, la Institución Fernando el Católico y Prensas de la Universidad de Zaragoza, con el apoyo del Gobierno de Aragón. En él han participado 25 co-autores, con la colaboración adicional de otros 10 en los apuntes biográficos, durante casi dos años de exhaustiva investigación.
Fotografías cedidas por la RAI. | +info: http://www.raing.es/
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