El sueño es nuestro taller de reparación, tanto física como intelectualmente. “Debemos dormir una suma de 30 años si queremos estar 60 despiertos”, indica el doctor Eduard Estivill, especialista europeo en medicina del sueño, neurofisiólogo y pediatra, con motivo del Día Mundial del Sueño que se celebró el pasado 19 de marzo.
Durante la noche el cerebro no deja de trabajar, se repone del cansancio de todo el día, además de continuar con otras muchas funciones de nuestro organismo que tienen lugar mientras dormimos. Configuramos nuestra memoria, es el momento de fijar lo que hemos aprendido durante el día… Por eso es importante tener un sueño reparador. “Debemos dormir 8 horas en condiciones óptimas para así poder despertarnos descansados y de mejor humor” recomienda el Dr. Estivill.
Según las estadísticas, los españoles duermen de media 45 minutos menos que el resto de los europeos, lo que hace que tengamos un sueño menos reparador. Según el Dr. Estivill, “somos un país corto de sueño y esto hace que no vayamos muy despiertos”. En cifras, en torno a un 10-15% de los españoles padece insomnio y entre un 5 y un 8% sufre de apnea del sueño. Además, el contexto actual tampoco favorece conciliar el sueño, mantenerlo, ni lograr un descanso óptimo. “La incertidumbre ha favorecido un aumento del número de españoles con ansiedad, incrementando en un 30% los casos de insomnio y de pesadillas en personas de todas las edades, desde niños a ancianos”, indica el doctor.
La falta de horas de sueño y el hecho de que éste no sea reparador puede conllevar una peor calidad de vida y tener consecuencias en nuestra salud, como cansancio, irritabilidad o pérdida de concentración. También puede favorecer la aparición de alteraciones metabólicas de importancia que pueden desembocar en el desarrollo de obesidad, un debilitamiento del sistema inmunológico, o un mayor riesgo de enfermedades como depresión o incluso algunos tipos de cáncer.
Un sueño reparador, profundo y continuo, también nos permitirá ser más competitivos y brillantes. Un mal descanso afectará a nuestro rendimiento tanto físico como mental: “una persona que ha dormido bien tiene mejor estructurado su cerebro desde el punto de vista cognitivo, con lo que podrá tomar mejores decisiones. Por el contrario, si no ha descansado correctamente, sus habilidades disminuirán. Igualmente, si practica una actividad física, ésta será mejor y se equivocará menos. No hay ninguna duda, todas las capacidades tanto cognitivas como funcionales de las personas mejoran cuando duermen bien”, argumenta el Dr. Estivill.
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