Una historia de éxito sobre la jubilación

Juan Antonio Andrade-Enrique Marin

De la Incertidumbre a la Tranquilidad es un libro que escriben al alimón Enrique Marín Flores y Juan Antonio Andrade Guzmán sobre cómo jubilarse sin traumas. Enrique es un consultor especializado en jubilaciones y Juan Antonio un alto ejecutivo. Su propósito es ayudar al mayor número de personas posible a planear y preparar su jubilación, la cual tiene un alto contenido de contribución social. Ambos son personas con trayectorias personales y profesionales muy interesantes que

en este libro ayudan a encontrar respuestas clave sobre la jubilación como los aspectos financieros, emocionales, familiares y otros terrenos de la vida para lograr una transición menos dolorosa. “Cada jubilación es una experiencia única”-nos dicen- en esta entrevista exclusiva.

 

¿Qué les ha unido para compartir la autoría de este libro?

Nos unieron intereses comunes como el de trascender y compartir experiencias profesionales y personales para ayudar a otras personas en su proceso de preparación de jubilación, además de una total integración y empatía al haber trabajado juntos en este caso de éxito; tanto de Juan Antonio quien vivió el proceso y decidió compartirlo, como el de Enrique siendo jubilado y asesor especialista en aspectos de retiro.

 

¿Por qué tratan la jubilación como un trauma?

En general la gente percibe la jubilación como algo negativo, y efectivamente es muy probable que sea un trauma, si es que no te preparas, anticipas y tienes la apertura para dejarte ayudar por un especialista que te guíe y ayude a descubrir tu plan de vida y las oportunidades que no visualizabas antes. Enrique me ayudó mucho en este proceso que pude haber hecho solo, pero me hubiera llevado mucho tiempo, muy probablemente no hubiera logrado visualizar un plan de acción, y seguramente hubiera sido muy doloroso.

 

¿No es acaso una liberación?

De alguna manera sí, pues dejas atrás una vida de la que te liberas con todo lo que implica y las consecuencias que tiene para iniciar otra nueva vida, pero ya dependiendo 100 % de ti, acorde con tus planes y necesidades, y apegada a lo que quieres y puedes hacer. Al final son dos escenarios muy diferentes.

 

¿Qué diferencias hay entre los jubilados de hoy día y los de hace 30 años, por ejemplo?

Conciencia de los alcances en función del tiempo del “Después”. Es decir, la situación es que hace 30 años la expectativa de vida era vivir aproximadamente 10 años o quizás un poco más, y era común pensar en descansar. ¡Hoy en día la expectativa de vida es de 20, 25 años o más! Ante esto, sería un grave error pensar en sólo descansar, hay que estar consciente de que tienes la gran oportunidad de aprovechar mucho más tiempo haciendo cosas que disfrutas, te benefician, te dan satisfacción personal, profesional, familiar… Si enlazas todo ello con un propósito te pueden mantener entretenido y no lleno de entretenimiento, para lograr trascender y darle sentido a tu vida, eso te hará levantarte todos los días con ganas de hacer cosas, incluso “más grandes” que las que has hecho hasta antes de tu jubilación. Por tanto este proceso no implica dejar de estar activo ni hay que visualizarlo como un fin, sino como un principio lleno de oportunidades por descubrir y desarrollar.

 

¿Qué métodos proponen para jubilarse felizmente?

Descubrirte y crear un plan de vida acorde con lo que quieres y puedes hacer. Pero antes de dar el primer paso entender lo que esto implica como “Antes”, es decir la fase de preparación integral (plan financiero y de vida), y después debes darle forma; esto es como el “Durante”, es decir, la fase de ejecución para estar listo el día que inicia tu tiempo de jubilación y entrar de lleno en la fase de “Después”, o arranque de esta etapa como tal; en otras palabras, vivir ese plan de vida, ajustándolo frecuentemente y con flexibilidad de acuerdo con las nuevas necesidades que se presenten porque seguramente será así.

 

Uno de ustedes trata la jubilación de manera más profesional, como experto, y otro la afronta de manera personal. Háblennos de esta doble faceta

Enrique dedicó casi 40 años de su vida profesional en asesorar a empresas e individuos en temas relacionados con la jubilación, principalmente en aspectos financieros. Después decidió jubilarse a los 55 años para sentir y vivir el proceso, y se preparó para asesorar de manera integral, es decir en aspectos financieros y emocionales, y así poder ofrecer sus recomendaciones de manera congruente a través de la fundación de su emprendimiento Retirement Advising.

Juan Antonio, como un alto ejecutivo fue notificado de su prejubilación, lo cual de manera natural le generó mucha angustia, pero al mismo tiempo tuvo la apertura de aceptar la ayuda del especialista quien le ayudo como guía y soporte para la construcción de su plan de vida. En resumen, la combinación de la experiencia del especialista y la apertura y empeño del asesorado dieron como resultado un caso de éxito sobre la jubilación que decidieron, a propuesta expresa de Juan Antonio, plasmar en este libro llamado “De la incertidumbre a la tranquilidad” porque en realidad ese fue el proceso vivido y realizado.

 

¿Puede haber alguna patología derivada de una jubilación traumática?

En la experiencia de Enrique Marín la situación de una jubilación traumática en general es lo común porque la gente no se prepara. Normalmente la jubilación se relaciona con aspectos financieros, pero lo común es que tampoco se realiza y ejecuta un plan de esta índole con suficiente anticipación. Cuando se está cerca de la etapa de jubilación la gente empieza a preocuparse y preguntarse cosas como “¿qué voy a hacer en la jubilación?”, y la respuesta no es fácil de responder porque no estamos acostumbrados a platicar con nosotros, a “regalarnos tiempo”, o a hacer algún tipo de introspección. La patología resultante es que al intentar cambiar una actividad como el trabajo por otras actividades de entretenimiento o pasatiempos en la jubilación, no necesariamente darán sentido a la vida, y comúnmente se llegará al aburrimiento después de unos meses, a la búsqueda de actividades profesionales similares a las que se tenían ante de la jubilación con resultados desfavorables por las condiciones del mercado laboral, que no necesariamente serían la única opción. Por lo que en muchos casos esto se traduce después de algún tiempo en depresión.

 de la incertidumbre a la tranquilidad

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