El cerebro es el ordenador natural más fantástico que existe. Desde hace mucho tiempo los seres humanos intentamos conocerlo y las investigaciones van arrojando luz sobre todas las funciones que ejecuta. Siempre está activo y atiende todas las funciones vitales del cuerpo que son muchas para adaptarse a ellas momento a momento. Desde el proceso de la digestión o el funcionamiento de los sentidos a los pensamientos y las emociones. Proporcionarle una buena nutrición es fundamental para la multitud de tareas que realiza y para mantener en forma nuestra salud mental. Somos lo que comemos y nuestro cerebro necesita que le aportemos unos buenos nutrientes que aporten la energía que necesita para realizar la gran cantidad de multitareas que ejecuta tanto física como mental o emocionalmente
Cerebro y emociones
Cuerpo, mente y emociones son un todo y van unidos. Por esto debemos atender nuestra salud de manera integral. Comiendo adecuadamente podemos incluso ayudar al organismo a salir de situaciones delicadas siendo una dieta equilibrada un gran aporte para superar cualquier enfermedad. Lo primero es seguir una dieta baja en grasas saturadas, azúcares y sal y empezar a consumir alimentos naturales, comprados en los mercados, por ejemplo, desechar de nuestra vida los productos precocinados o industriales. El cuidado de la alimentación hay que completarlo con el ejercicio físico y caminar cuanto más tiempo mejor cada día. Esto nos ayudará a evitar el sobrepeso y mantenernos en nuestro peso recomendado para nuestra constitución física. Está comprobado que siguiendo estas recomendaciones hay un menor riesgo de demencia.
Hay que cuidar nuestro mundo emocional porque las crisis desgastan y debilitan nuestro cerebro. Debemos procurar favorecer en nuestra vida el amor, la alegría, el buen humor y la paz. Fomentar las relaciones sanas, los momentos de sosiego, las buenas conversaciones y elegir las experiencias que nos potencian y nos dan felicidad porque son el alimento que necesitamos para una vida emocional plena. Precisamente el cerebro es el órgano físico desde el que se procesan esas emociones es donde se originan los neuropéptidos que van a la sangre recorriendo todo nuestro cuerpo también es donde se procesan los pensamientos. Tomar probióticos que son alimentos fermentados, ricos en bacterias buenas procura un menor nivel de estrés y un mejor funcionamiento mental.
Nutrición y energía
Muchas investigaciones han llegado a la conclusión que además de los alimentos específicos que protegen el corazón y los vasos sanguíneos, a este órgano le sientan especialmente bien los alimentos verdes. Los científicos han determinado que todos estos alimentos son ricos en nutrientes para el cerebro, como la vitamina K, la luteína, el folato y los betacarotenos, pues pueden ayudar a ralentizar el deterioro cognitivo.
La revista Annals of Neurology explica en uno de sus artículos que quienes comen más grasas saturadas de alimentos como carnes rojas y mantequilla tienen menos memoria y capacidad de pensamiento que las que no abusan de estos alimentos. El artículo destaca que las grasas trans no son adecuadas para preservar la memoria y que las mono y poliinsaturadas son las mejores para preservar la memoria. Está más que comprobado que los ácidos grasos omega 3 que es un tipo de grasa muy saludable se relaciona con menores niveles en sangre de beta-amiloides que es la proteína que forma placas que dañan el cerebro de los enfermos de Alzheimer.
En definitiva la dieta mediterránea, rica en grasas insaturadas, se ha relacionado con menores índices de demencia y mejora de la memoria. Además, alimentos básicos de este tipo de dieta como fruta, vegetales, granos enteros, cereales integrales, frutos seco, pescado azul etc mejoran la salud de los vasos sanguíneos.