Ray Kurzweil fue contratado por Google en 2012, siendo desde entonces director de ingeniería de la compañía. Estamos hablando de un inventor, músico, empresario, escritor y científico especializado en Inteligencia Artificial, un Leonardo Da Vinci del sector que con frecuencia ha imaginado escenarios que nos esperan en el futuro.
Sabe más sobre el futuro de la tecnología que nadie en el planeta. Es considerado “la máquina de pensar suprema” por Forbes y el “legítimo heredero de Thomas Edison” por la revista Inc. Cuenta con 19 doctorados, toma 150 pastillas diarias y se inyecta un surtido de vitaminas y suplementos alimenticios cada semana por vía intravenosa. Pero además de esto, es uno de los grandes futuristas de nuestros tiempos, capaz de predecir cómo la tecnología afectará a nuestras vidas en los próximos años.
Kurzweil es uno de esos visionarios que ya hace décadas anticipaba muchos de los hechos cotidianos actuales. “En una década veremos tecnologías como las que harán posible la existencia de un coche que se conduzca solo y teléfonos y dispositivos móviles que podrán resolver y contestar todas nuestras dudas”, predijo el especialista en 1999. No es casualidad que desde 2012 sea el director de ingeniería de Google donde dirige el equipo que desarrolla la inteligencia artificial.
El famoso futurista, que inventó el primer escáner para ordenador y el primer sintetizador de texto a voz, realizó 147 predicciones con un índice de acierto del 86% desde 1990. Sin embargo, uno de los pronósticos más prometedores del experto gira en torno a la idea de que la tecnología llegará a ser tan avanzada que los progresos en medicina permitirán a la gente ampliar radicalmente su esperanza de vida y la calidad de la misma.
Kurzweil cree que los avances tecnológicos radicales harán que a lo largo del siglo XXI se culmine el descubrimiento de los medios para revertir los procesos de envejecimiento, la cura de cualquier enfermedad y de lesiones irreparables en la actualidad. Y sostiene que gran parte de esto será fruto de los avances en la nanomedicina, que permitirá que máquinas microscópicas viajen a lo largo de nuestro cuerpo reparando todo tipo de daños a nivel celular.
Si bien admite que ha cuidado poco de su salud hasta que tuvo 35 años, cuando le fue diagnosticada una intolerancia a la glucosa, una forma temprana de diabetes mellitus tipo 2 (uno de los principales factores de riesgo para un fallo cardíaco) Kurzweil encontró entonces un médico que compartía con él sus creencias poco convencionales para desarrollar un régimen radical que involucraba cientos de píldoras, tratamientos químicos, vino tinto y otros métodos que intentan prolongar la vida.
Junto al médico y fundador de Grossman Wellness Center, Terry Grossman, Kurzweil escribió en 2009 Trascender: nueve pasos para vivir bien eternamente, una guía concisa pero completa para mantenerse saludable y vivir la vida al máximo. El escrito proporciona una revisión completa pero fácil de leer de las últimas investigaciones científicas y médicas relacionadas con el proceso del envejecimiento y las enfermedades relacionadas con la edad, que eventualmente nos afectarán a todos.
De este modo, Kurzweil se ha centrado en seguir un estilo de vida que intenta alargar sus días hasta que pueda ver el momento en que la ciencia pueda hacerlo inmortal. El autor llama a esto la estrategia del “puente a un puente a un puente”: el primer puente para alargar la vida es el régimen de Kurzweil, mientras que el segundo y el tercer puente están basados en el avance de las biotecnologías y las nanotecnologías, respectivamente, que todavía no han sido desarrolladas suficientemente.
Para ayudar a los lectores a recordar los nueve componentes clave del régimen, Ray y Terry los organizaron en un mnemotécnico*:
La trama del libro gira alrededor de un problema: “el hecho de que estamos genéticamente programados para envejecer, para disfrutar de una salud óptima durante un período de tiempo relativamente corto, y luego nos vemos obligados a pasar gran parte del resto de nuestras vidas lidiando con los efectos del envejecimiento, un proceso que tiene como único propósito la destrucción de nuestra salud y nuestra desaparición final”.
“Antes de comenzar nuestra discusión de los diversos procesos asociados con el envejecimiento, es importante darse cuenta de que crecer no es lo mismo que envejecer. Todo el mundo envejece todo el tiempo, pero no necesariamente estamos envejeciendo como creemos ya que, por definición, el proceso de envejecimiento es uno de deterioro. Hoy creciste, pero ¿también envejeciste? Si bebiste algunas tazas de té verde, tomaste cinco porciones de frutas y verduras, hiciste ejercicio durante al menos 30 minutos a tu frecuencia cardíaca, tomaste suplementos nutricionales optimizados para tu edad y situación de salud, pasaste tiempo de calidad con amigos cercanos y seres queridos, consumiste una copa de vino tinto, pasaste un momento romántico con tu cónyuge o pareja y obtuviste 8 horas de sueño de calidad, entonces probablemente hayas envejecido muy poco o nada”, aseguran los autores de Trascender: nueve pasos para vivir bien eternamente.
Y continúan: “Si comiste donas en el desayuno, te saltaste el almuerzo, consumiste una cantidad excesiva de café, fumaste cigarrillos y discutiste estresante con amigos, compañeros de trabajo, y seres queridos, entonces probablemente hayas envejecido mucho. Las personas pueden parecer mayores en sus treinta o jóvenes en sus sesenta, y las elecciones de estilo de vida que hacemos a cada hora marcan la diferencia. Múltiples procesos nos hacen envejecer. Algunos son simples, como el agotamiento de una sustancia vital llamada fosfatidilcolina en nuestras membranas celulares, y otros son complejos, como mantener sano su órgano más importante, el cerebro”.
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