De aquí a unos años quien no medite será considerado un analfabeto

Padre e hija meditando

Foto de Getty Images

Esta es una afirmación que puede parecer un tanto descabellada pero que muchas asociaciones y personas que han adoptado esta práctica, aseguran que se hará realidad muy pronto. La meditación es una tradición oriental que en sólo unas décadas ha sido adoptada por Occidente. En muchas empresas multinacionales se han comenzado a propiciar salas donde los trabajadores pueden practicarla.

El dedicar un tiempo a la contemplación y al recogimiento interno, ha sido siempre una necesidad del ser humano que ahora se está convirtiendo en una terapia necesaria que todos deberíamos acometer dada la forma de vida totalmente volcada hacia el exterior que llevamos. Estamos inmersos en estados de cansancio físico, intelectual, emocional que conllevan una gran disipación de la energía.

Sin tantos estímulos externos, en el pasado, la existencia se desarrollaba más hacia el interior y era más fácil hacer silencio,concentrarse,observar. Acciones todas ellas llenas de beneficios y que forman parte esencial de nuestra vida. Por describirlo de alguna manera es el alimento anímico necesario para poder desarrollar una vida plena.

La buena costumbre de dedicar un tiempo a la meditación que aumenta la frecuencia de las ondas cerebrales

Una energía que podríamos llamar sobrehumana o primigenia adviene cuando comenzamos a meditar. Los rayos gamma son ondas cerebrales de la más alta frecuencia. Las personas que practican meditación son capaces de emanar varios tipos de energía, que pueden ser medidas y en ocasiones controlar el metabolismo y otros procesos corporales.

Muchos estudios han demostrado que la energía emitida por meditadores habituales que han alcanzado un nivel avanzado en la práctica de meditación llega a cambiar las ondas vibracionales e incluso áreas del cerebro con inmensos beneficios para el cuerpo, la mente y las emociones.

 

Evidencias científicas

Los monjes tibetanos del Dalai Lama, que llevan meditando entre 15 y 40 años, fueron analizados por el neurólogo Richard Davidson de la Universidad de Stanford en el año 2004 que los sometió a un electroencefalograma para medir las ondas gamma emitidas por sus cerebros y se examinó también a 10 estudiantes que no tenían experiencia en meditación.

Davidson encontró que algunos de los monjes producían ondas gama más fuertes y de más alta amplitud que cualquier otro caso documentado en la historia. El movimiento de las ondas era mucho mejor organizado que el de los estudiantes que no meditaban.

Las ondas gamma se conocen como una de las ondas cerebrales eléctricas más importantes y con más alta frecuencia. La producción de rayos gamma requiere que miles de células nerviosas actúen al mismo tiempo a velocidades extremadamente altas.

También demostró que la meditación puede provocar una redistribución de la materia gris en el cerebro y prevenir su pérdida. La pérdida de materia gris tiene impacto en algunas funciones mentales, tales como el control de las emociones, los impulsos, los pensamientos, y los movimientos. Esto es porque el núcleo caudado que controla estas funciones, está situado dentro de la materia gris.

En 1998, el profesor Lu Yanfang y muchos otros científicos americanos llevaron a cabo una investigación sobre muchos maestros de qigong en China.

El qigong es una práctica china antigua que cultiva la energía, no solo se practican ejercicios de meditación, sino que también mejora la naturaleza de la mente y del corazón, ya que sostiene que la mente y el cuerpo son uno. Sus efectos curativos son conocidos.

El estudio verificó, que los maestros de qigong son capaces de emitir ráfagas de ondas infrasónicas de 100 a 1.000 veces más poderosas, que los individuos promedio. Incluso los nuevos meditadores, con solo unas pocas semanas de entrenamiento, tenían cinco veces más energía infrasónica que antes del entrenamiento.

 

Efectos curativos extraordinarios

La Universidad de Medicina Tradicional China de Pekín publicó un estudio en 1988, porque encontró que el qi emitido por los maestros de qigong, podía ser medido en parte como ondas infrasónicas 100 veces más fuertes que las de una persona común.

El periódico de la Universidad de Harvard publicó un artículo acerca de un experimento llevado a cabo con monjes tibetanos en el norte de India que vestidos ligeramente, fueron puestos en un cuarto a una temperatura de 4,5º, luego entraron en un estado de meditación profunda. Colocaron sábanas empapadas en agua fría sobre sus hombros, bajo estas condiciones, un humano común temblaría descontroladamente y la baja temperatura corporal podría ocasionar la muerte, explica el artículo.

Sin embargo, los monjes, se mantuvieron calientes y secaron las sábanas con sus cuerpos, una vez las sábanas estuvieron secas, colocaron más sábanas frías y mojadas sobre ellos, cada monje secó tres sábanas en el curso de unas pocas horas.

Herbert Benson , quien estudió las técnicas de meditación por más de 20 años, le dijo al periódico: «Los budistas sienten que la realidad en que vivimos no es la realidad final, hay otra realidad que podemos aprovechar, que no es afectada por nuestras emociones o por nuestra vida diaria. Los budistas creen que este estado mental puede lograrse haciendo el bien a los demás, y a través de la meditación».

Dijo que el calor emanado de sus cuerpos era solo un producto secundario de la meditación.

Muchos practicantes de Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, se curaron de enfermedades graves y crónicas. Falun Dafa es una disciplina de meditación que cultiva tanto la mente como el cuerpo, sus tres principios fundamentales son Verdad, Benevolencia y Tolerancia.

Hay casos documentados de curación de enfermedades mediante esta técnica. Los seguidores de Falun Dafa explicaron que la práctica no está dirigida a curar enfermedades, sino que ello es un efecto natural de mejorar la mente y hacer los ejercicios de meditación, que fortalecen la energía del cuerpo.

 

Para más información:

Instituto Healthways de China

www.meditacionsinfronteras.com

http://www.harvard.edu/

http://www.stanford.edu/

 

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