Convivencia es el “acto de convivir” y proviene del latín, es una palabra formada por el prefijo “con” y “vivencia” que significa el acto de existir de forma respetuosa hacia las demás personas. La propia palabra lleva implícito el respeto. En cada instante de nuestra vida debemos ajustar nuestras relaciones para que sean de verdadera convivencia.
Cuando dos o más seres humanos viven juntos hay que ser conscientes de estar haciendo una sintonización constante con nosotros mismos y con los demás, para convivir hay que interactuar con las personas que coexistimos en el mismo espacio-tiempo y hacerlo en armonía y de manera respetuosa, es dar sentido a esta palabra y a nuestra vida.
¡Imaginaros el trabajo que tenemos! Si de verdad damos sentido a nuestra existencia conviviendo en el más amplio sentido de la palabra con respeto y comprensión hacia los demás, cada persona que entra en contacto con nosotros es un espejo y supone un reto un nuevo universo de ese ser y sus circunstancias se abre ante nosotros. Nuevas cosas que comprender, otras formas de ser y de existir, de ver la vida y de afrontar las circunstancias de cada día. Por eso chocamos, porque habitualmente nos aferramos a nuestros conceptos, ideas y creencias. Y siempre hay que ponerse en cuestión tanto a uno mismo como a los demás.
Es una de las cosas más difíciles porque para convivir con otro primero hay que hacerlo con uno mismo y por eso es fundamental esa palabra: respeto. Y hay que empezar por respetarse a uno mismo para luego convivir en armonía con otros. La socialización con otros es imprescindible para la salud mental, la emocional y la física, como reconocen muchas áreas de la medicina y la psicología, para el equilibrio en la vida personal, profesional y social.
Y llegamos a los valores porque en una convivencia es fundamental existir y tener en cuenta además del respeto, la honestidad, la tolerancia, la solidaridad, la comprensión del otro, el ponerse en su lugar… Códigos de comportamientos que hacen una buena convivencia. Es cierto que cuando respetamos a los otros, nos respetamos a nosotros mismos y podemos exigir respeto a los demás, ser honestos es fundamental en cualquier relación pero primordial para convivir con los demás, porque ser honestos nos hace fiables y al poder confiar en nosotros la convivencia con los demás se armonizará y será más fácil.
¡Feliz Primavera!
Elena Carrera
Directora Tu Nueva Información