En la actualidad, y a pesar de ser conscientes de las necesidades de llevar una alimentación adecuada rica en vitaminas y proteínas, nuestros hábitos alimenticios sufren del estrés y el ajetreo al que nosotros mismos nos vemos sometidos diariamente. Comemos mal, rápido y a cualquier hora, haciendo de la comida rápida, las ensaladas envasadas y los sándwiches, cuyo origen se remonta al siglo XVIII, nuestros mejores aliados. A la hora de complementar y conseguir una buena alimentación es importante que optemos por incluir en nuestras dietas productos ecológicos procedentes del medio natural.
La naturaleza, como fuente de elementos sanos y nutritivos, es una obviedad pero solemos olvidarnos de que dentro de este concepto se encuentra también el agua, ya sean mares o lagos. De éstos últimos procede el que ha sido considerado el súper-alimento del futuro por los expertos nutricionales debido a sus múltiples propiedades.
La espirulina, es una alga, o mejor dicho, una microalga, que se obtiene de la Arthrospira, que son cianobacterias que flotan en lagos tropicales y subtropicales como los que se encuentran en algunas regiones de África, Asia o América del Sur.
Este complemento nutricional comenzó a comercializarse de manera habitual y controlada desde el año 2007, procedente de lagos del Chad (África), aunque en la actualidad, el 99% de la espirulina que se exporta proviene de China.
Sus ventajas son innumerables, aunque hay que remarcar que el poco tiempo que lleva en el mercado no permite asegurar que todos y cada uno de los elementos que se le atribuyen sean reales o asimilables por el cuerpo humano al 100%. Algunos bioquímicos aseguran que se trata de un estupendo complemento pero que no puede sustituir una buena dieta u otros productos alimentarios, algo que parece lógico, pues tal y como indica su denominación, se trata de un elemento que ayuda a que nuestro cuerpo funcione mejor, no se trata de dejar de comer para tomar espirulina.
Actualmente se están realizando estudios científicos para saber si el uso de la espirulina es útil o eficaz como posible cura para el trastorno de déficit de atención e hiperactividad, o para enfermedades como la ansiedad, diabetes, úlceras o problemas bucales. Habrá que darles un tiempo a los investigadores para que todas estas propiedades puedan probarse.
Algo que sí conocemos de la espirulina es la gran cantidad de proteínas y vitaminas que se encuentran en su interior, concretamente A, C, D y del grupo B12, aunque ésta última tal y como está presente en esta microalga no es asimilable por el cuerpo humano. Las vitaminas que lleva en su interior pueden ayudar a que nuestra alimentación y dieta sean mejores. Otros compuestos que también se incluyen en esta fantástica alga son el calcio, el hierro, el potasio o el yodo.
La obesidad es otro de los principales problemas de nuestros días para el que la espirulina puede ser útil por sus propiedades adelgazantes, una de las cualidades que más ha sido destacada por los expertos. Además de esto también ayuda a proteger nuestro sistema inmunológico y potencia la recuperación de nuestros músculos tras duras jornadas de deporte y esfuerzo físico.
Tras tratar algunas de las características más importantes de la espirulina solo nos falta saber cómo podemos incluirla dentro de nuestros hábitos de vida y alimentación.
Hay dos formas principales: seca, tal y como se encuentra en las tiendas especializadas, o fresca, a modo de vegetal. De ésta última forma podemos prepararla de varias maneras, pero las más recomendables son, por ejemplo, en un batido o en una sopa, aunque como vegetal que es también se pueden elaborar salteados o pasteles; esto ya depende del comensal, del tiempo del que dispongamos para su elaboración y de nuestra mano en la cocina.
Desde luego, no hay excusas para no probar esta alga denominada oro verde u oro azul.
Imagen: Fuente Wikimedia