Escribo esta carta para todos vosotros amigos y lectores el mismo día que empieza la primavera que este año se nos ha adelantado al 20 de marzo, una estación que produce mucha ilusión.
Y esa palabra, si profundizamos un poco, es realmente ambigua, sobre todo si la extrapolamos y nos damos cuenta de que la ilusión es propia de los ilusos.
¡No os enfadéis conmigo!, nada más lejos de mi intención que molestaros, me considero a mí misma, por supuesto, otra ilusa más en la marea de ilusos que somos la humanidad (y que podríamos no ser). Me explico. Me encanta indagar, porque considero que debemos cuestionar todo cuánto damos por hecho y sabido. Cosas sencillas en las que no nos paramos a pensar y por eso confundimos la Realidad con la ficción.
Ilusión proviene del latín illusio que significa engaño y un iluso es una persona que se deja engañar fácilmente, que tiende a hacerse ilusiones sin fundamento. Si damos un salto a las filosofías orientales veréis que han dado una gran importancia y dimensión a este vocablo. Para ellos la ilusión es una palabra, procedente del sánscrito: maia o maya.Y todo lo que aparece en el universo; el mundo físico, material, fenoménico, es maya; es decir, ilusorio. Y van más lejos aún al apuntar que los seres humanos tenemos karma al quedar muchas veces gozosamente atrapados en la maya.
Si pudiésemos comprender esto daríamos un salto cuántico para vivir en nuestra verdadera naturaleza, en esa otra Realidad o Verdad que está en nuestro interior. Pasaríamos por la vida siendo conscientes de que esta realidad fenoménica, es ilusoria. Por tanto, sabríamos vivir desapegados de ella en la inspiración de cada instante primigenio y nuevo, contemplando el devenir serenamente porque todo se armonizaría. Ya que ese espejo externo, esa película hecha a medida para cada uno de nosotros, por nuestros propios fantasmas interiores, es totalmente falsa e ilusoria in extremis para nuestra más completa tranquilidad.
Hablo de otra historia, una realidad paralela que engloba esta y se encuentra en el silencio, la naturaleza y la introspección. Viviendo ahí no nos hace falta creer o crear ninguna ilusión porque la Realidad es plena. No falta ni sobra nada.
¡Feliz primavera!
@Elena CarreraTNI