La Biblioterapia o el hábito de leer una excelente medicina para nuestro cerebro

chica leyendo

 

Cada vez son más los médicos, psicólogos y terapeutas que recomiendan a los pacientes que tienen falta de autoestima, ansiedad o depresión que lean libros. Este tratamiento fue bautizado como biblioterapia por el doctor Samuel Crothers en el año de 1916, se trata de una técnica que ejerce un gran poder sobre nuestro cerebro y está posicionándose cada vez más al ser avalada por un gran número de investigaciones que demuestran que algunos libros de autoayuda pueden mejorar considerablemente la salud mental.

Hace unos 7 años la publicación médica Behaviour Research and Therapy incluyó en su edición dos estudios demostrando la efectividad de la biblioterapia en pacientes con depresión. El sistema de salud nacional de Gran Bretaña prescribió entonces libros de autoayuda para decenas de miles de personas que buscaban atención médica para desórdenes del estado de ánimo.

Por lo tanto leer los libros adecuados además de proporcionarnos conocimientos, entretenernos y divertirnos se ha convertido en una gran terapia. Un artículo publicado por la agencia de noticias científicas SINC, asegura que la biblioterapia empezó a extenderse después de la Primera Guerra Mundial, sobre todo en Estados Unidos. Hubo varios profesionales de la medicina y grupos de apoyo que recomendaban libros a los soldados que regresaban del frente, muchos de ellos con estrés postraumático, en un intento por mejorar su convalecencia.

Uno de los lugares del mundo donde ha triunfado esta técnica terapéutica es en Inglaterra en la llamada The School of Life (Escuela de la Vida), una organización creada en por el filósofo suizo Alain de Botton, quien ha usado los libros para ayudar a la gente.

Hoy en día la sección de biblioterapia de The School of Life depende de Susan Elderkin y Ella Berthoud, dos licenciadas en Literatura Inglesa por la Universidad de Cambridge, quienes iniciaron su gusto por la lectura desde que ambas eran universitarias y vivían en una habitación contigua.

“Ella y yo empezamos a pasarnos libros con un propósito terapéutico. A veces llegábamos a nuestro cuarto y nos encontrábamos una novela en la puerta: una novela pensada para subirnos el ánimo cuando lo teníamos bajo o, muchas veces, para aconsejarnos sobre algo que estábamos haciendo mal”, dice Susan Elderkin.

Los libros, nuestros aliados

Investigadores españoles en la Universidad Jaume I de, Castellón, dieron a leer diversas palabras a una serie de voluntarios mientras les practicaban una resonancia cerebral. Algunas de esas palabras evocaban olores intensos. Eran palabras como ajo, canela y jazmín. Otras eran palabras neutras, sin ningún tipo de olor asociado. Lo que vieron fue que al leerlas todas activaban las áreas cerebrales responsables del lenguaje, pero las primeras hacían trabajar además a las áreas olfativas, las responsables de oler en la vida real.

Investigaciones similares han certificado algo que, por otra parte, parece concluirse de forma intuitiva: al leer nuestro cerebro reproduce las palabras que evocan al mundo real. Por ejemplo, cuando leemos palabras como tomar o dar una patada, se activan respectivamente las áreas de la corteza premotora (encargada de guiar los movimientos y el control de los músculos proximales y distales) relacionada con los brazos y piernas.

De ahí la siguiente suposición: si al leer reproducimos lo que sería la historia en la realidad, y si son tantas las variantes a las que podemos acceder ¿podría de alguna manera la lectura entrenarnos para la vida real?

Estudios más recientes, aseguran que la buena literatura mejora la capacidad de sentir empatía, porque es un simulador de la realidad. Estas investigaciones también han demostrado que leer las novelas, como las de Harry Potter, por ejemplo, hace que los estudiantes mejoren su actitud respecto a grupos estigmatizados como inmigrantes o refugiados.

Algunas conclusiones editoriales de estas investigaciones afirman que leer ficción puede hacernos mejores personas, porque, aunque suene exagerado, la empatía con cualquier personaje de novela, es un componente clave del comportamiento social y de la moralidad en general, y esto es lo que hace a uno mejor persona.

¿Y qué pasa con la literatura de no ficción? Los estudiosos dicen que este tipo de literatura aumenta la reserva cognitiva protegiéndonos de padecimientos asociados a las demencias.

Así que como han demostrado varias investigaciones, y esto siempre lo han sabido intuitivamente los amantes de la lectura, leer es una gran terapia e incluso una buena medicina, porque los libros tienen un gran poder sobre nuestro cerebro y además son nuestros mejores amigos y aliados en todas las épocas de nuestra vida.

 

 

 

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