Ya está demostrado científicamente que abrazar árboles, pasear o estar cerca de ellos, influye en nuestra salud y tiene un efecto beneficioso sobre nuestro cuerpo físico, nuestras emociones y nuestra mente. El emprendedor e investigador Matthew Silverstone afirma, en su obra Blinded by Science, que los árboles ayudan a disminuir la depresión y el estrés y que abrazar un árbol tiene beneficios saludables como reducir el dolor de cabeza.
Asegura que al rodear con los brazos un árbol, el ser humano recibe una descarga de vibraciones de estos seres vivos que son distintas a su cuerpo y tienen impactos positivos para la salud.
Por otro lado, la Universidad de Stanford, Estados Unidos, aseguró, en un estudio dirigido por el científico Marc Berman, que estar en contacto con la naturaleza es eficaz para tratar la depresión, incrementar la atención y mejorar la memoria. Es por ello que algunos especialistas dedicados a trabajar en la mente y el ánimo de las personas, recomiendan visitar entornos verdes para mejorar la creatividad.
Volver a lo simple
Hay que pensar que muchos de nuestros problemas provienen de habernos alejado de una vida simple que es rica y feliz por sí misma y una de las mayores carencias que tenemos hoy día los seres humanos es habernos alejado de los entornos naturales. El ejemplo que os contamos a continuación manifiesta como se ha criticado esta actitud. “Treehugger” (abrazador de árboles) es un término que se utiliza como un insulto contra los ambientalistas, pero que felizmente han adoptado. Es una manera notoria que muestra que una persona se preocupa por los árboles. Gracias a estos estudios científicos ahora sabemos que abrazar árboles significa mucho más que eso.
Todos recordamos como siendo niños trepábamos a los árboles y nos quedábamos sobre sus ramas abrazándolos y en ese momento nos sentíamos felices. Por eso la ciencia ha confirmado una evidencia como tantas hay en nuestra vida si estamos atentos. Abrazar a los árboles altera nuestra frecuencia vibratoria.
Estudios en niños han mostrado una mejora psicológica y fisiológica significativa en su salud cuando están involucrados con plantas y árboles. Algunas investigaciones mostraron también que los niños funcionan mejor y son más creativos en entornos verdes naturales.
“Los espacios verdes pueden ser tan eficaces como los medicamentos recetados en el tratamiento de algunas enfermedades mentales.” Explicaron científicos de la Universidad de Stanford.
Silverstone demuestra cómo las propiedades vibracionales de los árboles y plantas son en realidad lo que nos da los impactos netos positivos para la salud. Se ha demostrado que un vaso de agua tratada con una vibración de 10 Hz es capaz de causar que la coagulación de su sangre cambie casi de inmediato. Es lo mismo con los árboles, ya que tienen diferentes patrones vibratorios a los nuestros.