En el año 2052 hará 600 años del nacimiento de Leonardo Da Vinci y se adelantó a su tiempo en quinientos años. Su vida es asombrosa y podría ser la figura más importante de la historia de la humanidad, para muchos sin duda lo es. Este personaje destacado del renacimiento italiano es uno de los genios más creativos y prolíficos de la historia.
Nacido en el pueblecito de Vinci en 1452, la vida de Leonardo es un sinfín de proyectos, estudios e inventos, a cada cual más innovador y original. Su actividad le llenaba tanto que le daba rabia dormir porque pensaba que así perdía tiempo para crear y estudiar.
Se formó como pintor en el estudio de Andrea Verrochio, que le dijo que ya no le podía enseñar nada más al ver un ángel que Leonardo había pintado. Experimentó en todos los campos: pintó cuadros y frescos maravillosos, fue urbanista, escultor, diseñó todo tipo de máquinas como el prototipo de la actual bicicleta o alguna máquina voladora, diseccionó cadáveres a escondidas para hacer estudios anatómicos que hoy siguen vigentes.
Le apasionaba todo cuanto veía, estudió a las personas, los animales y las plantas, los fenómenos naturales y los cuerpos celestes. Observaba todo con la máxima atención y anotaba sus pensamientos en sus cuadernos en los que agrega dibujos muy detallados. Mantuvo este hábito durante toda su vida. Con el tiempo, estos libros formaron el “Codex“, tan famoso hoy en día. A través de sus estudios de plantas, pinta paisajes con la maestría de los mejores expertos botánicos.
Su atención al detalle y al más mínimo movimiento del cuerpo de los animales le permite dibujar caballos con gran realismo, pero también figuras fabulosas de armiños y dragones. Su vida está rodeada desde siempre de un halo de misterio. Leonardo murió en Francia en 1519.
Estos son algunos de sus pensamientos:
Hay tres clases de personas: aquellas que ven, aquellas que ven lo que se les muestra y aquellas que no ven.
Si es posible, debe hacerse reír hasta a los muertos.
La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte.
El pintor que en nada duda, pocos progresos hará en el arte.
Aquellos que se enamoran solo de la práctica, sin cuidar de la exactitud o de la ciencia, son como el piloto que se embarca sin timón ni aguja, y nunca sabrá dónde va a parar.
Lo mismo que el hierro se oxida por falta de uso y el agua estancada se vuelve putrefacta, también la inactividad destruye el intelecto.
Aquel que más posee, más miedo tiene de perderlo.
Amo a aquellos capaces de sonreír en mitad de los problemas.
La pintura es poesía muda; la poesía, pintura ciega.
El placer más noble es el júbilo de comprender.
Los hombres geniales empiezan grandes obras, los hombres trabajadores las terminan.
La simplicidad es la máxima sofisticación.