Lo consciente y lo inconsciente

elena carrera foto

Cuanto más conscientes seamos de nosotros mismos más despiertos estaremos y mayores posibilidades tendremos de darnos cuenta en un nivel profundo de lo que somos o tal vez sería más acertado decir “de lo que no somos”. Aportar conciencia y atención a nuestra vida, nos libera. Os propongo indagar para acercarnos a comprender eso que llamamos consciente e inconsciente y adentrarnos en la aventura más apasionante que podemos emprender: conocernos a nosotros mismos.

 

Me pregunto ¿por qué nos gusta tanto evadirnos? que es exactamente lo contrario a estar presente, atentos a nuestros pensamientos, a nuestras emociones, a nuestra vida diaria. Corremos detrás de metas que nos desgastan y agotan y vamos mandando al inconsciente todo lo que no nos gusta y como decía Carl Jung: “Hasta que no hagas consciente lo que llevas en tu inconsciente, este último dirigirá tu vida y tú lo llamarás destino.” Comprender esto es de suma importancia.

Porque ¿qué es lo inconsciente? Siguiendo con lo que “no es” desde luego no se trata de ese lugar inaccesible que se creía inabordable el siglo pasado o sobre el que había que escarbar por medio de técnicas psicológicas complicadas. Lo inconsciente se manifiesta cuando prestamos atención a lo consciente: nuestro pensamiento, nuestras creencias, nuestros hábitos, nuestras emociones. Si empiezas a mirar tu pensamiento van saliendo otros pensamientos que estaban detrás y así va apareciendo tu inconsciente o lo que Jung llamaba “la sombra”. Pero nos asusta mucho conocernos, adentrarnos en nosotros mismos y el ser humano de nuestro tiempo huye a la superficialidad y a la evasión y ¡claro! está insatisfecho. Sólo el cultivar el espacio interior puede traer cordura y bienestar a nuestra vida. La felicidad no está fuera, está dentro.

Así que os propongo empezar a prestaros atención, a conoceros, a investigaros, a poner en cuestión todo lo que creéis que sois y la respuesta a vuestras dudas irá apareciendo porque está oculta en lo que no vemos, que es mucho, pero la buena noticia es que podemos mirar en cuanto queramos. No existe un muro que separe lo consciente y lo inconsciente. Lo que hemos creado con esta forma de vivir es una falta de atención hacia nosotros mismos. Solo la luz de la conciencia aportará claridad a nuestra vida. No necesitas nada más que plena atención al momento presente y descubrirás un mundo nuevo, el verdadero y único mundo en que merece la pena vivir.

¡Os deseo mucha luz!

Por Elena Carrera

Directora Tu Nueva Información

 

 

Artículos Relacionados