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¿Quieres prestar atención a tus huesos para hacerlos más fuertes? Como dijo Hipócrates: “que tu alimento sea tu medicamento”. Esta selección de verduras, semillas y frutos secos tienen las propiedades y los nutrientes necesarios para fortalecer tus huesos y hacer que permanezcan sanos.
Brócoli: El brócoli tiene una gran importancia desde el punto de vista nutricional, ya que contiene una elevada cantidad de vitaminas (vitamina A, beta-caroteno, niacina, vitamina B1, B2, B6, E, ácido fólico y vitamina C). De hecho, está considerado como la gran verdura por el número de nutrientes que aporta. Su alto poder antioxidante se debe principalmente a los beta-carotenos, isocianatos y la vitamina C. Todos ellos son antioxidantes que nos protegen frente a los radicales libres, causantes de los procesos de envejecimiento.
Sésamo: Las semillas de sésamo representan una fuente natural y excepcional de calcio, la forma de calcio que asimila inmediatamente nuestro organismo. Un puñado (100 grs) de semillas de sésamo peladas y secas tiene hasta 1200 mg de calcio y 500 mg de magnesio, ambos minerales actúan de forma sinérgica o sea que necesitan uno del otro para cumplir sus funciones nutricionales. Esta calidad mineral es la que le brinda efectos contundentes para reducir naturalmente el riesgo de osteoporosis, a nivel preventivo y principalmente en mujeres postmenopáusicas, quienes suele padecer la enfermedad por descalcificación relacionada a los cambios hormonales o disminución pronunciada de los estrógenos.
Col rizada: Es excepcional para tener unos buenos huesos porquetiene un alto contenido de calcio y es capaz de proveer un 9.4% del requerimiento diario de calcio para el cuerpo. Es un gran sustituto de los lácteos para alcanzar los requerimientos de calcio en el cuerpo. Nos ayuda a disminuir el riesgo de desarrollar osteoporosis. En la col rizada se encuentran cantidades de vitamina K, un nutriente imprescindible para fortalecer la composición de los huesos. Por otra parte, previene la acumulación de calcio y, por tanto, la arteriosclerosis y los infartos.
Hojas verdes de mostaza: Las hojas de mostaza crecen en racimos como la lechuga. Tienen un sabor picante y son ricas en vitamina A, C , K , E y folate. Son sobre todo una fuente muy rica en calcio. Saben mejor cuando se comen crudas en ensaladas o se sofríen con poco aceite y en sopas porque son vegetales crucíferos amargos de la misma familia de la espinaca, la col rizada y la col verde.
Espinacas: Una verdura excelente para desarrollar huesos fuertes. La vitamina K1 ayuda a prevenir la excesiva activación de los osteoclastos, las células que destruyen el hueso. Además, las bacterias amigables de nuestros intestinos que convierten vitamina K1 en vitamina K2 activan la osteocalcina que es la principal proteína no colágena en el hueso; estas vitaminas funcionan también como anclas en estas moléculas de calcio dentro del hueso. La espinaca es igualmente una excelente fuente de otros nutrientes de la estructura ósea, incluyendo el calcio y el magnesio.
Semillas de lino: Proporcionan calcio y magnesio, que ayudan a mantener los huesos sanos y contienen linaza que a su vez nos proporciona propiedades anticancerígenas, son expectorantes y sirven para tratar estados catarrales, bronquitis y dolencias inflamatorias, tienen un efecto purgante suave y tonifican el intestino.
Almendras: Por su alto contenido en fósforo, son un poderoso alimento para proteger y fortalecer los huesos y los dientes. Es muy importante que tengamos claro que debemos cuidar muy bien la salud de nuestros huesos y dientes, y tan sólo comiendo almendras unas cuantas veces por semana lo podemos lograr.
Repollo: Comer repollo proporciona vitamina C. Necesaria para los huesos, la piel, las membranas mucosas y un sistema inmunológico sanos, la vitamina C es soluble en agua, lo cual significa que no se almacena en el cuerpo y necesita ser reemplazada diariamente. El repollo es un buen remedio casero para la artritis porque contiene glutamina, un aminoácido que se ha usado para aliviar el dolor causado por la artritis. Se puede utilizar también en compresas para aliviar el dolor. Se pican unas hojas de repollo y se envuelven en una gasa. Aplicar sobre la articulación dolorida o inflamada y dejarla actuar toda la noche.