Hay etapas del camino de la vida que cuestan
Entramos en bosques cerrados, profundos
Nos perdemos en esas espesuras que nos oprimen que nos desgastan
Nos sentimos impotentes, pequeñitos y todo se nos hace cuesta arriba.
Hay momentos en que sentimos que la vida nos deja fuera
Que no podemos con los problemas, los disgustos
Que queremos hacer algo pero no tenemos fuerza
Que musitamos identificados con Jesucristo: “Padre por qué me has abandonado”
O “Aparta de mi este cáliz”
Ya no podemos recurrir al llanto
Ya no brota el alivio de las lágrimas
Se ha caído el mundo entero sobre nosotros
Nos desanimamos, nos bloqueamos, nos apartamos
Aun así agradece y bendice la vida
Concéntrate en ese punto en el interior del abdomen donde se siente la angustia
Visualiza que enciendes una pequeña pero potente luz y hazte uno con ella
Ofrécele todos tus miedos y pesares para que los transforme
Aliméntala de todos tus sinsabores, no le ocultes nada.
Deja que la luz crezca y crezca hasta irradiar armonía en todo tu cuerpo
Sé uno con tu luz, recurre a ella, protégete en ella.
Se hará fuerte y te hará fuerte
Sigue agradeciendo y bendiciendo la vida
Y confía
Por Elena Carrera
Directora Tu Nueva Información