En la página de facebook de la Asociación Canaria para el Desarrollo de la Salud a través de la Atención podíamos leer esta interesante reflexión que enviaba José Parés. Desde luego que el mundo está en permanente cambio pero lo importante de verdad es que nosotros seamos capaces de comprenderlo y unirnos a ese cambio, apoyarlo. Lo realmente maravilloso es que ocurre en cada segundo y siempre estamos a tiempo de comenzar como explica este texto.
Señales de una sana alegría
Se ha comprobado repetidamente que los humanos tenemos la capacidad de corregir en corto tiempo, casi instantáneamente, aquello que explica nuestra ansiedad, angustia o pánico. Esas condiciones de vida afectan severamente nuestra salud mental y física. Aprender a prestar atención al momento presente logra, casi sin excepciones en los casos en que se ha aplicado, superar esa condición.
El mundo necesita urgentemente cambiar su forma de vida. Las peores demostraciones de comportamiento errado en la historia de la humanidad, se explican por algunas de aquellas dolencias mentales en sus provocadores y gran parte de sus seguidores.
Esas mismas dolencias, la ansiedad, la angustia y el pánico, explican también la mayor parte de nuestro habitual comportamiento egoísta en las sociedades ‘civilizadas’.
Pareces un soñador cuando piensas que la humanidad toda podría llegar a cambiar practicando prestar atención al momento presente. Pero soñar es muy económico y es tan placentero ascender un poco a la altura suficiente para encontrar aire más puro ya que se hace más fácil respirar. No es que te aliente una esperanza, actúas porque logras la alegría de vivir y ello te inspira el amor y la compasión. Te entregas sin esperar retorno alguno. No conoces el desaliento. Cantas igual que las aves, a ellas no les importa si las escuchan o no. Y no les importa porque sólo cantan para expresar su alegría de estar vivas. Sigues, como los frondosos árboles, ofreciendo siempre su sombra a cualquier acalorado caminante.
No dudes nunca de los soñadores. Son tan especiales que les da lo mismo lo que tú pienses de ellos. Si no les crees, simplemente no le pongas atención. Eso no te separa de ellos. Seguimos siendo partes de la misma realidad. Usa el lenguaje que quieras. La canción es siempre la misma. La separación no es un buen camino. Sigamos juntos aunque no estés de acuerdo conmigo.
José Parés Pérez, Concepción, Chile