A lo largo de la vida todos tendremos algún periodo en que nos tendrán que cuidar y a la inversa, nosotros seremos los cuidadores de alguna persona. Que de repente te encuentres interpretando este papel en tu vida genera un cambio descomunal porque tú pasas a un segundo plano y la persona afectada por un accidente o una enfermedad, que le incapacita en mayor o menor grado, reclama toda la atención de su entorno más cercano. Por eso hoy quiero alabar la dedicación y compromiso de la función de cuidador y dedicar un espacio a esta encomiable labor.
1- Cuidar a alguien pone a prueba tu capacidad de expresar amor incondicional por esa situación y esa persona.
2- La implicación en la salud de alguien te hará sacar recursos propios que ni siquiera sabías que tenías. Es una ocasión para potenciar y reconocer tus virtudes.
3- Fijémonos en los cuidadores profesionales: médicos, personal de enfermería, profesionales de las terapias alternativas que tienen en común el apoyo al enfermo y la sinceridad ante su situación.
4- Fundamental también el sentido del humor y desdramatizar dentro de lo posible.
5- Si estás cuidando a alguien en este momento habrás sentido preocupación por la salud de esa persona y eso habrá implicado reconocer tus emociones al respecto.
6- Te habrás encontrado con la impotencia ante muchas situaciones difíciles con las que lidiar y apoyarte en otros puede ayudarte a resolverlas.
7- La empatía es la virtud principal y es característica de un buen cuidador porque ponerse en el lugar de la persona que se cuida nos saca nuestro lado más humano.
8- Saber que esa persona que cuidamos se encuentra en una situación de vulnerabilidad por lo que hay que mantener un trato cercano y cariñoso.
9- La atención a personas exige gran dedicación física y psicológica aspectos que debe tener muy en cuenta el cuidador y dedicarse momentos de atención a sí mismo.
10- A veces el hecho de simplemente escuchar y mostrar tu cercanía es suficiente.
11- La paciencia es una virtud primordial y nos puede servir la tolerancia y la comprensión para resolver los conflictos.
12- Ser un buen observador es importante para captar los cambios físicos y emocionales porque en los físicos podemos alertar al personal sanitario de otros síntomas que, cogidos a tiempo, pueden ser beneficiosos en el proceso de curación. Y los emocionales porque nos pueden indicar que el enfermo necesita su espacio, su intimidad, no siempre tiene que estar acompañado.
Gracias a todos los cuidadores porque ponen lo mejor de sí mismos al servicio de los demás. Y en especial a las mujeres por todas esas horas de sus vidas dedicadas a otros.
Por Elena Carrera
Directora Tu Nueva Información