La función de cuidador

elena carrera-tamanomin

A lo largo de la vida todos tendremos algún periodo en que nos tendrán que cuidar y a la inversa, nosotros seremos los cuidadores de alguna persona. Que de repente te encuentres interpretando este papel en tu vida genera un cambio descomunal porque tú pasas a un segundo plano y la persona afectada por un accidente o una enfermedad, que le incapacita en mayor o menor grado, reclama toda la atención de su entorno más cercano. Por eso hoy quiero alabar la dedicación y compromiso de la función de cuidador y dedicar un espacio a esta encomiable labor.

1-     Cuidar a alguien pone a prueba tu capacidad de expresar amor incondicional por esa situación y esa persona.

 


 

2-     La implicación en la salud de alguien te hará sacar recursos propios que ni siquiera sabías que tenías. Es una ocasión para potenciar y reconocer tus virtudes.

3-     Fijémonos en los cuidadores profesionales: médicos, personal de enfermería, profesionales de las terapias alternativas que tienen en común el apoyo al enfermo y la sinceridad ante su situación.

4-     Fundamental también el sentido del humor y desdramatizar dentro de lo posible.

5-     Si estás cuidando a alguien en este momento habrás sentido preocupación por la salud de esa persona y eso habrá implicado reconocer tus emociones al respecto.

6-     Te habrás encontrado con la impotencia ante muchas situaciones difíciles con las que lidiar y apoyarte en otros puede ayudarte a resolverlas.

7-    La empatía es la virtud principal y es característica de un buen cuidador porque ponerse en el lugar de la persona que se cuida nos saca nuestro lado más     humano.

8-    Saber que esa persona que cuidamos se encuentra en una situación de vulnerabilidad por lo que hay que mantener un trato cercano y cariñoso.

9-    La atención a personas exige gran dedicación física y psicológica aspectos que debe tener muy en cuenta el cuidador y dedicarse momentos de atención a sí    mismo.

10-   A veces el hecho de simplemente escuchar y mostrar tu cercanía es suficiente.

11-   La paciencia es una virtud primordial y nos puede servir la tolerancia y la comprensión para resolver los conflictos.

12-  Ser un buen observador es importante para captar los cambios físicos y emocionales porque en los físicos podemos alertar al personal sanitario de         otros síntomas que, cogidos a tiempo, pueden ser beneficiosos en el proceso de curación. Y los emocionales porque nos pueden indicar que el enfermo   necesita su espacio, su intimidad, no siempre tiene que estar acompañado.

Gracias a todos los cuidadores porque ponen lo mejor de sí mismos al servicio de los demás. Y en especial a las mujeres por todas esas horas de sus vidas dedicadas a otros.

Por Elena Carrera

Directora Tu Nueva Información

 

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