¿Conoces ese rincón en tu interior que no está en el espacio ni en el tiempo? Pues si no lo conoces te recomiendo que lo busques. Os aseguro que está ahí, todos lo tenemos. Si aún no lo has descubierto, probablemente tienes bloqueada su entrada, tapada con obstáculos invisibles como pensamientos y creencias que te impiden conectar con él. Es tu centro, tu verdadera identidad.
En ese lugar sobra todo y no hay nada que hacer excepto observar la vida , prestar atención al interior y al exterior que en realidad son lo mismo. Es una nueva forma de vivir y de maravillarse ante ese movimiento infinito. No valen excusas como falta de tiempo y todo lo demás. Ya estamos notando, muchos de nosotros, que la vida debe ser algo más que correr de un lado a otro todo el día sintiendo la necesidad de evitarnos, evadiéndonos de nosotros mismos.
Cada vez me convenzo más que nada, excepto el conocimiento de nosotros mismos, puede darnos la felicidad que anhelamos. Y esa está siempre ahí. Ese rincón es amplio, no tiene límites y se encuentra tras el pensamiento y la emoción, se descubre en la quietud y en el instante de una mirada que va un poco más allá. Puedes descubrirlo contemplando una puesta de sol o en plena naturaleza, contemplando una noche estrellada. Irrumpe, nos cautiva y entonces lo reconocemos.Una vez que has visitado ese infinito espacio nada será lo mismo y comprenderás la trascendencia de todos nosotros. Es algo tan sencillo que no somos capaces de captarlo.
Os dejo este maravilloso texto que habla de ese hermoso lugar, ese rincón infinito al que pertenecemos.
“Tenemos que encontrar por nosotros mismos un rincón silencioso, no en una casa o en un jardín o en un sendero solitario, sino muy profundamente en lo interno; y desde ahí actuar y descubrir qué es la belleza, qué es el tiempo, descubrir la naturaleza del temor y su movimiento, la persecución del placer y el cese del dolor. Debemos tener un lugar así no en la mente sino en el corazón, porque entonces, donde hay afecto y amor, entendimiento, comprensión, llega la claridad y de ella surge la acción”. (La Mente que no mide de J. krishnamurti)
Twitter @Elena CarreraTNI